El Deportivo Alavés no ha dicho su última palabra en cuanto a incorporaciones en el mercado de verano.

Sergio Fernández, durante la presentación de Toni Martínez como nuevo jugador babazorro, insinuó que "mientras la ventana esté abierta, el aire puede entrar en cualquier momento".

Así, a las 22.30 horas, el Deportivo Alavés oficializó la llegada de Joan Jordán en calidad de cedido, para reforzar una sala de máquinas versátil a disposición de Luis García.

Tal y como adelantó este periódico el pasado mes de mayo, el Deportivo Alavés era una de las entidades mejor posicionadas para concretar la incorporación de Joan Jordán. Las negociaciones finalmente llegaron a buen puerto tras meses de conversaciones entre todas las partes involucradas.

No en vano, se trataba de una operación compleja debido a la elevada ficha de Joan Jordán.

El conjunto hispalense se hará cargo de gran parte de su salario, un monto cercano al 70%, mientras que el Deportivo Alavés asumirá el 30% restante.

La salida de Luis Rioja, que liberó espacio en la masa salarial del club vitoriano, y la necesidad del Sevilla de inscribir a Barco han sido factores clave en este aspecto.

En busca de su mejor versión

A sus 30 años, Joan Jordán necesita reencontrarse con su mejor versión y recuperar el protagonismo que ha perdido en las dos últimas campañas en Sevilla.

El centrocampista de Regencós apenas disputó ocho partidos de liga en la pasada temporada, y otros 23 en la campaña 2022-23. Dada su inminente salida, también ha quedado fuera de todas las convocatorias de García Pimienta en este inicio de liga.

Joan Jordán, durante un partido de Liga de Campeones con el Sevilla. Jose Manuel Vidal

20 millones por su fichaje

Cabe recordar que el Sevilla realizó un importante desembolso económico para hacerse con sus servicios hace cinco veranos. La entidad hispalense pagó cerca de 20 millones de euros al Eibar por un jugador que se perfilaba como una de las grandes promesas del equipo guipuzcoano.

Joan Jordán se formó en las categorías inferiores del Espanyol y, antes de llegar al Eibar, pasó por el Real Valladolid.

Fue en Ipurua donde mostró su mejor versión bajo las órdenes de José Luis Mendilibar, y ese buen rendimiento como armero le llevó al Sánchez Pizjuán. Sin embargo, su protagonismo en el Sevilla ha disminuido gradualmente a lo largo de sus cinco temporadas.

Aunque en Nervión ha jugado principalmente como mediocentro, el gironí puede ocupar diversas posiciones en el centro del campo. Tiene buen control del balón, capacidad de esfuerzo, y su disparo de media distancia le permite jugar cerca del área rival. El balón parado, como bien sufrió el Alavés en su momento, es otro de sus puntos fuertes.