El Deportivo Alavés ya sabe quién será su rival en la segunda ronda de la Copa del Rey. Tras golear en Murcia (0-10), el sorteo celebrado hoy en Las Rozas ha emparejado a los babazorros con el Terrassa, un club histórico catalán que compite en Segunda RFEF, la misma categoría en la que se encuentra actualmente el Miniglorias. El duelo se disputará el 6 de diciembre a las 16.00 horas, después de la expedición a Mallorca y antes de recibir a Las Palmas en Liga.
Del mismo modo que en la primera eliminatoria, que los gasteiztarras vayan a jugar en el Estadio Olímpico de Terrassa y no en Mendizorroza se debe a que la escuadra de inferior división siempre ejerce como local hasta semifinales, cuando se incorpora el duelo de vuelta. El curso pasado, por ejemplo, el Glorioso tuvo que acudir al Camp d'Esports (Lleida Esportiu) y el Estadio Romano (Mérida) antes de recibir al Real Valladolid en el Paseo de Cervantes.
Tanto este como los próximos compromisos de la Copa serán una buena oportunidad para aquellos futbolistas a los que Luis García no está brindado demasiados minutos en Liga. Este puede ser el caso de Owono, Maras, Tenaglia y Karrikaburu, quienes ya fueron de la partida contra el Deportivo Murcia. Tampoco debe obviarse la posibilidad de que jueguen varios canteranos –Selu Diallo y Tomás Mendes, por ejemplo, así lo hicieron en La Condomina–.
SOBRE EL TERRASSA
El del próximo mes no va a ser, eso sí, el primer enfrentamiento entre el Alavés y el Terrassa. A lo largo de sus respectivas historias, ambos se han visto las caras en 24 ocasiones, con un balance favorable para los babazorros de once victorias, cuatro empates y nueve derrotas. La última vez fue en la campaña 2004-05, cuando uno y otro competían en la categoría de plata.
Por último, cabe mencionar que, para llegar a este eliminatoria, el conjunto catalán eliminó al Albacete, de LaLiga Hypermotion, gracias a un gol de Jordi Cano. En Liga, los pupilos dirigidos por Chus Trujillo ocupan los puestos de descenso del grupo 3 de Segunda RFEF, si bien solo un punto les separa de la permanencia.