Víctor Laguardia no jugará con el Deportivo Alavés en Primera División; además, cuelga las botas. Después de nueve temporadas en Mendizorroza, el defensor maño, insignia y leyenda del club gasteiztarra, ha decidido "dar un paso al lado" y finalizar así un vínculo que será recordado por siempre entre los seguidores babazorros.

Sus 285 partidos disputados, desde que llegó al Paseo de Cervantes en 2014, han convertido al central aragonés en el cuarto futbolista que mayor número de veces ha defendido la zamarra albiazul en los más de 102 años de historia del Glorioso. Un hito que solo superan Martín Astudillo (346), Manu García (308) y Pablo Gómez (295).

En su carta de despedida, publicada en las redes sociales, Laguardia arranca recordando lo que sucedió hace unas semanas el en Ciutat de València, donde el Alavés volvió a demostrar que es "experto en liarla", y admite que, pese a ser difícil, la decisión ha sido "bien meditada". Tenía contrato hasta 2024, cabe recordar.

"Esto nunca puede ser un punto y final, quizá un punto y aparte en mi trayectoria vital, porque me siento uno más de los teñidos de albiazul con cuerpo y mente vitorianos. Llegué a Vitoria-Gasteiz siendo un joven con ganas de comerse el mundo y de acumular sueños… ¡y vaya si los he cumplido!", prosigue.

A lo largo del emocionante escrito, Laguardia da las gracias a todas las personas que le han acompañado "durante este largo y bonito camino" y, aunque también admite que ha habido "momentos buenos y no tan buenos", afirma que siempre ha "tratado de dar el máximo" por el Glorioso, su escudo y sus colores.

Hoy, el káiser babazorro ha decidido dar un paso al lado, pero lo hace con orgullo. "No entendería mi vida sin el Deportivo Alavés y espero haberlo demostrado en esta etapa como albiazul. Tened claro que lo seguiré haciendo desde donde me toque. Seré uno más de vosotros siempre", concluye la carta de despedida.

UNA RETIRADA INESPERADA

Pese a que, desde que se consumó el ascenso a la élite, se ha dejado entrever que Laguardia podría no continuar en el Alavés, lo cierto es que la noticia de su retirada, a sus 33 años, sí que ha sido inesperada. Sobre todo, teniendo en cuenta que varias escuadras de Segunda y Primera RFEF habían mostrado interés por sus servicios.

Durante estas nueve campañas en el Glorioso, Laguardia ha convertido a Mendizorroza y Vitoria-Gasteiz en su segunda casa. En la primera, Zaragoza, creció hasta debutar con el primer equipo maño, pasando cedido por Las Palmas y el Alcorcón, y su capacidad de progreso le permitió firmar por la entidad albiazul en 2014.

Víctor Laguardia, toda una leyenda en el Deportivo Alavés A. Larretxi / Área 11 / I. Foronda / J. Muñoz

Como parte del Alavés, el ya exbabazorro ha conseguido dos ascensos a la élite y cinco permanencias consecutivas en la misma. Asimismo, pese a que no pudo jugar en el Vicente Calderón por una grave lesión de rodilla, sí que ayudó a que el cuadro de Mauricio Pellegrino llegase a la final de la Copa del Rey de 2017.

Se despide, por tanto, un futbolista que ha vivido mucho y ha sido muy importante para el el Glorioso sobre los terrenos de juego, pero que también, gracias a su forma de ser y entender este deporte, se ha erigido como uno de los principales referentes de la historia alavesista. Un gran capitán, ni más ni menos.

Además, Laguardia cuelga las botas y se marcha de Mendizorroza, aunque todo apunta que será un hasta luego, por la puerta grande. Según explicó en una entrevista reciente con este periódico, devolver al Alavés este año a Primera sería "el mayor éxito" de su carrera. Algo de lo que debe sentirse orgulloso y que permite olvidar lo sufrido con el descenso del ejercicio anterior, su única sombra en nueve campañas.

Con su despedida, el club gasteiztarra libera cierta masa salarial, la cual podrá emplear para otros menesteres, y se queda con cuatro centrales, sin contar a los de la cantera, en plantilla: Abdel Abqar, Aleksandar Sedlar, Nikola Maras y Florian Lejeune. Si este último también abandona el barco, los babazorros deberán acudir al mercado.