Ahora que el Deportivo Alavés está centrado, con Sergio Fernández a la cabeza, en su planificación de la próxima temporada, una de las dudas que se plantea la afición albiazul es cuán diferente va a ser la plantilla que competirá dentro de unos meses en Primera División respecto a la que ha conseguido el ascenso. Algo sobre lo que, sin ir más lejos, ya se debatió durante el verano de 2016, después de que los pupilos de José Bordalás hicieran lo propio.
Hoy en día, eso sí, la situación del club babazorro es bastante diferente a la de aquel año. Por ejemplo, el Glorioso de entonces regresó a la élite después de diez campañas alejado de la misma, mientras que al actual, por primera vez en su historia, solo le ha costado una volver. Un éxito que, como es lógico, va a tener mucha incidencia en el aspecto económico, pues el impulso de jugar en la máxima categoría nada tiene que ver con el de Segunda.
Aun así, no deja de ser interesante recordar cuál fue el planteamiento del Alavés la anterior vez que subió a Primera y, al revisarlo, uno puede comprobar que la plantilla sufrió una reconstrucción importante. Solo seis futbolistas –sin contar a Barreiro, Llamas y Einar, quienes, aunque siguieron en el club, no volvieron a jugar– tuvieron la opción de formar parte del nuevo proyecto: Fernando Pacheco, Femenía, Laguardia, Raúl García, Manu y Toquero.
En el camino, para sorpresa de muchos, se quedaron figuras clave del ascenso como Sergio Mora, Dani Pacheco o Juli. Tres hombres que, más allá de ser titulares casi indiscutibles, fueron capaces de aportar al equipo babazorro gran parte de su sentimiento y carácter. Buena muestra de ello es que, en la actualidad, todavía reciben multitud de muestras de cariño de aquellos aficionados babazorros presentes en las redes sociales.
JUGADORES CON CONTRATO EN EL ALAVÉS
Actualmente, el club babazorro cuenta con 15 jugadores del primer equipo en nómina: Sivera, Owono; Abqar, Maras, Sedlar, Laguardia, Javi López; Benavídez, Guridi; Rioja, Abde, Jason, Alkain, Miguel y Sylla. Además, deben tenerse en cuenta los regresos de Florian Lejeune, Mahmoud Abdallahi y Taichi Hara.
Esa reforma, no obstante, tomó sentido en el momento en que se conocieron las intenciones de Sergio Fernández. Recién llegado al Paseo de Cervantes, el leonés optó por iniciar un nuevo ciclo y, para ello, dejó marchar a Bordalás, a quien, como se ha adelantado, tuvieron que unirse la gran mayoría de sus protegidos, con los que ya había coincidido en el Alcorcón. En su lugar, Mauricio Pellegrino fue el seleccionado para el banquillo albiazul.
Confirmado el técnico argentino, el nuevo director deportivo optó por reforzar la plantilla con una mezcla entre jóvenes promesas (Llorente, Theo Hernández o Sobrino, entre otros) y varios jugadores que, ya con experiencia en la élite, buscaban un lugar para reivindicarse (Feddal, Camarasa, Edgar, Ibai, Deyverson, etcétera). Sin olvidar, además, la apuesta por integrantes de distintas ligas menores (Torres, Romero, Katai y Santos).
Un total de 17 novedades registró aquel verano el Alavés, ocho de ellas en calidad de préstamo, y así logró un idílico regreso a la máxima categoría. El descenso, al contrario que en años posteriores, nunca fue un temor a lo largo de esa temporada y, por si esto último no fuera motivo de satisfacción suficiente, los babazorros lograron el billete a la primera final de Copa de su historia. Solo el Barça de Luis Enrique le impidió llevarse el título.
Este mercado estival, sin embargo, no se esperan tantas novedades en Mendizorroza. El club gasteiztarra ha decidido dar continuidad tanto a la dirección deportiva como al banquillo que logró hace poco más de una semana el ascenso y, aunque deberá reforzarse bien, existe una base importante de jugadores con contrato. Solo alguna salida inesperada obligaría al Glorioso a agitar el avispero más de lo deseado.