Alavés y Las Palmas luchan por el mismo objetivo: regresar por la vía rápida a la máxima categoría. Los caminos del conjunto albiazul y canario se vuelven a entrelazar en la que será una auténtica final por recuperar el ansiado puesto en la élite del fútbol estatal. Quien conoce de sobra a ambas escuadras es Guzmán Casaseca, un futbolista con la varita mágica que obró el milagro de la permanencia en Jaén con el equipo vitoriano y que, apenas una temporada después, logró el ascenso a Primera con los Pío-pío. Sus buenos recuerdos de cuando vistió la elástica del Glorioso generan una emotiva complicidad entre el extremeño y el club vitoriano. “Me alegraría mucho si el Alavés consigue el ascenso”, asegura.
Guzmán, experimentado en finales a vida o muerte en las que hay más de tres puntos en juego, evoca el éxito con el equipo canario como un momento de mucho nerviosismo. “Me tocó vivir el ascenso con Las Palmas y hay mucha ansiedad”, rememora. Y es que los días previos al partido son opuestos a los de una jornada cualquiera. El caldo de cultivo generado por la afición hace de este enfrentamiento una jornada muy especial. “Es una semana totalmente distinta a las demás, no a nivel de entrenamiento, pero sí en el aspecto mental. Te estás imaginando cosas y hay una presión añadida. A nivel mental te afecta”, añade Guzmán.
El Alavés, en la lucha por lograr los tres puntos, tendrá que hacer frente a una plantilla de gran nivel como la del Las Palmas y, también, a una marea de seguidores amarillos. El fervor por ver al conjunto canario en la máxima categoría no ha pasado desapercibido en las últimas semanas y, por ello, no cabrá un alfiler en el estadio de Gran Canaria, cuya capacidad es de 32.400 espectadores. “Son aficiones similares, se vuelcan muchísimo con sus equipos. Viví ambientes como el que habrá esta semana allí. Son muy pasionales, al igual que en Vitoria”, sostiene Guzmán sobre los seguidores canarios. “Estoy convencido de que si hubiera dos campos los llenarían, es una locura cómo se vive el futbol. El Alavés se encontrará con un ambiente de mucho colorido amarillo”, advierte el exjugador albiazul.
Presión añadida
No obstante, este mismo aliento de la afición también puede provocar un efecto inverso al deseado. Las piernas suelen temblar en un escenario con tantos decibelios. Una experiencia que sufrió el propio Guzmán cuando luchó por el ascenso con el equipo de su tierra. “Tengo la desgracia de que en Badajoz nos valiera con un empate para ascender contra el Amorebieta y no conseguirlo. Al equipo le afectó esa presión”, explica con cierto dolor por la oportunidad desaprovechada para lograr el pase a la categoría de plata.
Guzmán considera que la calidad y la experiencia de los futbolistas que saltarán al tapete del Gran Canaria es suficiente para imponerse al nerviosismo y mantener la cabeza fría durante toda la contienda. “Con ese nivel que hay en el campo, son once contra once y el verde es quien dicta el ascenso. Los de fuera ayudan, pero el nivel de los futbolistas se tiene que imponer. Al Las Palmas le puede ayudar ese ambiente, pero yo tengo esa experiencia a la inversa”, matiza.
Por ello, Guzman apela a que los 22 protagonistas muestren sus credenciales y ofrezcan una actuación reconocible. “Es un día marcado para los futbolistas. Los jugadores tanto del Alavés como de Las Palmas tienen que dar un paso al frente. Se tienen que echar el equipo a sus espaldas para ayudar al máximo. Va a ser un partido de muchísimo nivel, igualado y que se decida por pequeños detalles”, agrega el ahora miembro de la dirección deportiva del Badajoz.
Más igualdad que nunca
En este sentido, Guzmán incide en que cualquiera de los rivales en la terna tiene argumentos suficientes como para dar el salto a la máxima categoría. “Esta temporada se han juntado arriba cinco equipos de gran nivel. Son clubes de Primera que, por circunstancias, están en Segunda. El nivel que se ha visto durante este año ha sido muy alto. Eso provoca que el ascenso se juegue entre cinco equipos”, explica.
Las consecuencias de que el ascenso directo se escurra de las manos en la última jornada pueden ser fatídicas, ya que el estado anímico de Las Palmas o Alavés recibirá un duro golpe en caso de no lograr el billete a Primera.
Por ello, Guzmán percibe que las eliminatorias serán de una extrema complejidad. “Al que no ascienda directo le va a tocar vivir un play off durísimo”, matiza. Eso sí, el extremeño considera que “la presión la tiene el Las Palmas”. “Juega en casa, tiene una afición volcada y le vale con varios resultados. Le puede hacer más daño no ascender directo que al Alavés, tiene todo a su favor para que todo salga bonito. Puede ser una presión añadida, pero preveo un partido tan igualado que cualquier detalle puede marcar”, agrega.
En una finalísima como la que se disputará en las próximas horas en Gran Canaria, no hay duda de que el encargado de rubricar el gol del ascenso ingresará en la historia de su equipo. En el caso de Guzmán, su nombre y apellido figuran en el libro de los momentos más gloriosos del Alavés ya que él fue uno de los protagonistas de la permanencia de Jaén. El tercer tanto de los babazorros, aquel cabezazo que dio la salvación en el estadio andaluz, fue obra suya. “Seguramente haya sido el día más feliz de mi carrera. Todo un año se vio reducido en un instante de un partido donde te jugabas una permanencia, que era el objetivo del año. Lo recuerdo como un éxtasis total en mi carrera”, concluye el exfutbolista extremeño, uno de los hombres más queridos por la parroquia albiazul.