El Alavés se aferra esta noche al factor Mendizorroza para asaltar los puestos de ascenso directo e incluso poder dormir como el líder de la categoría en caso de lograr los tres puntos. El Glorioso, que trata de lamerse las heridas de la dura derrota sufrida hace escasos días ante el Levante, tiene marcado el duelo directo ante el Granada como la jornada clave para dar un golpe sobre la mesa.
La plantilla albiazul es consciente de que el tren para mantener intactas sus esperanzas de gloria pasa por prolongar su solidez en el recinto del Paseo de Cervantes. Por fortuna, más de 19.000 almas volverán a llevar a los suyos en volandas. El Granada, que derrotó al conjunto vitoriano en el enfrentamiento de la primera vuelta de manera cómoda tras castigar una inferioridad numérica por expulsión de Alkain, es el rival a batir por los de Luis García.
Dada la enorme igualdad clasificatoria entre el combinado nazarí y el babazorro, no hay duda de que la victoria es el único resultado favorable para ambas escuadras, que pueden poner tierra de por medio en la encarnizada lucha por regresar a la máxima categoría.
En la misma línea que durante el transcurso de la temporada, Mendizorroza será una olla a presión para dar su aliento a los albiazules, conscientes de que no pueden dejar escapar esta nueva oportunidad para afrontar las últimas tres jornadas en una situación soñada.
Si por algo se ha caracterizado el Glorioso durante esta campaña en la categoría de plata ha sido, precisamente, por su fiabilidad como local. El equipo dirigido por Luis García es el segundo con mejores datos en su condición de local, tan solo por detrás del Granada.
Los 42 puntos sumados en Mendizorroza y las noches para el recuerdo acontecidas ante el Burgos, Eibar y Racing de Santander quieren añadir un nuevo capítulo a la temporada que está rubricando el Alavés. Más aún teniendo en cuenta que el rival a batir en esta ocasión tan solo ha sumado 16 puntos como visitante. El furor por ver al conjunto vitoriano entre los mejores del fútbol estatal propiciará el lleno en el estadio de Mendizorroza, que se convertirá en un infierno para los nazaríes.
Sin pistas en el once
En esta ocasión, Luis García no podrá contar para la causa con Guridi. El centrocampista guipuzcoano vio su quinta amarilla ante el Levante y, por ello, el técnico babazorro estará obligado a reajustar la sala de máquinas. Es en esa zona donde, precisamente, el Alavés dispone de la veteranía de Salva Sevilla, un factor que puede ser de gran ayuda para afrontar sin nerviosismo la recta final del curso.
En lo que corresponde a la retaguardia, y tras dejar atrás sus molestias físicas que le impidieron jugar en Orriols, Tenaglia –mucho más solvente que Arroyo– podría regresar al carril derecho, el lugar en el que ha desplegado su mejor fútbol durante esta campaña. Quien ocupe la zaga, eso sí, deberá estar alerta ante la amenaza de Uzuni, a quien Luis García definió como el futbolista “más diferencial” de la escuadra dirigida por Paco López.
La zona de tres cuartos, conformada por Rioja, Rober y Jason en las últimas semanas, necesita la presencia de un ariete voraz e intimidador en los metros finales. De hecho, la posición del nueve es en la que más variaciones ha habido durante el curso mediante la rotación entre Sylla, Miguel y Villalibre, sin que ninguno de ellos se haya afianzado con regularidad en las alineaciones.
Aun así, más allá de recuperar el estilo vertical y atractivo que ha caracterizado al Alavés durante este curso, el corazón de los futbolistas es lo que realmente se manifiesta en un enfrentamiento de tal envergadura. Esta consabida pasión del Glorioso ha marcado las diferencias en los duelos disputados en Mendizorroza y esta noche debe seguir en la misma línea ante un Granada contra el que no se puede fallar.
Será una ardua batalla entre dos transatlánticos de la categoría de plata que, además, están igualados a puntos en la tabla. Con el apoyo de 19.000 almas, la empresa será más asequible para los albiazules.
