- Cuando llega el final de cada temporada, en los clubes empieza la fase de análisis y toma de decisiones para configurar un nuevo proyecto. Una labor que se ve a desarrollar a velocidad de vértigo este verano, con el menor intervalo de descanso entre una campaña y la siguiente. En apenas tres semanas, equipos como el Deportivo Alavés iniciarán los entrenamientos para empezar a preparar el curso 2020-21 y el trabajo que tiene por delante la dirección deportiva albiazul es ingente en estos momentos. Hay que solucionar muchas salidas de jugadores que no entran en los planes de futuro y están ocupando en estos momentos un margen salarial que se verá reducido a la par que el presupuesto, pero también hay que encontrar en el mercado varias piezas -al margen del entrenador, que se pretende cerrar esta misma semana una vez que se oficialice la salida de Juan Ramón López Muñiz- que están llamadas a ser muy importantes en la nueva plantilla.
Sin contar con la más que probable salida de algún futbolista de peso en la última temporada -los nombres de Fernando Pacheco y Lucas Pérez son los que más se repiten en este sentido y la marcha de cualquiera de ellos requeriría también de un movimiento importante como contrapartida-, el Alavés tiene ya en estos momentos necesidades importantes en hasta cuatro demarcaciones en las que precisa de jugadores que lleguen para ser titulares y cubrir los socavones que han existido en esas zonas.
La primera de ellas es la de central, una posición que se quedó coja con el traspaso de Guillermo Maripán al Mónaco y que no arregló la llegada de Lisandro Magallán. La confianza en Víctor Laguardia se mantiene a pesar de no haber firmado su mejor año, pero necesita una pareja de mayor confianza que la que ofrece Rodrigo Ely -un buen jugador para fondo de armario, pero con demasiados altibajos como para ser indiscutible- o un Tachi aún inexperto y en el que se piensa como la pieza que cierre el cuarteto, además del papel de comodín que representa Ximo Navarro que seguirá siendo utilizado como central o lateral.
Unos metros más adelante, en la zona ancha también se requieren un par de futbolistas de jerarquía y calidad que mejoren las prestaciones de un Tomás Pina que no viene de firmar su mejor año o de un Manu García que se mantiene imperturbable al paso del tiempo devorando a toda la competencia que le ponen. Esta pareja ya ha dado mucho y muy bueno de sí y las circunstancias indican que ya es complicado que vayan hacia arriba en su rendimiento. Encima, Pere Pons no ha convencido en su primer año. Un pivote posicional y un centrocampista de largo recorrido -los perfiles de Ljubomir Fejsa y un Víctor Camarasa que encaja como un guante en la idea del club, pero que económicamente resulta difícil de alcanzar- son completamente necesarios.
Pero no menos relevantes son las necesidades en los extremos, seguramente las dos parcelas más débiles en el último proyecto. Tan solo Aleix Vidal, hasta el tramo final, consiguió asentarse como titular indiscutible y los Edgar Méndez, Luis Rioja y Borja Sainz, que mantienen contrato, no ofrecen plenas garantías para llevar el peso. Todos ellos pueden ser recambios interesantes, con el tinerfeño además con capacidad para cubrir los dos perfiles, pero tanto en la derecha como en la izquierda se requiere de futbolistas mucho más rompedores y que sean capaces de generar ventajas desde la individualidad. Precisamente, el aspecto ofensivo en el que más ha fallado el equipo esta campaña.
Otra demarcación que es evidente que hay que reforzar es la de delantero. Aunque aquí, por el momento, las necesidades principales están cubiertas por la continuidad de Lucas Pérez y Joselu. Otro escenario se plantearía en el caso de que uno de los dos, sobre todo el primero, recibiesen una oferta que condujese a su traspaso. Mientras no sea así, el plan pasa por darle por fin un dorsal a Ermedin Demirovic, que ya debería haber estado en el equipo esta temporada. Pero si el bosnio sale finalmente traspasado, está claro que la posición no se puede quedar de nuevo con solo dos jugadores útiles.
Todo este escenario de necesidades evidentes se tiene que manejar al mismo tiempo que se busca salida para una cifra exagerada de futbolistas que no entran en los planes de futuro inmediatos del club y que en muchos casos ya se convirtieron en graves problemas el pasado verano al no poder darles salida. Un verano ciertamente complicado para afrontar la remodelación.
Al tiempo que sondea el mercado en pos de incorporaciones, el club trabaja también en buscar acomodo para los descartes