- El Deportivo Alavés que transitaba con cierta suficiencia por Primera División hasta que el fútbol se vio obligado a parar no debería haber pasado por ningún tipo de sufrimiento para conservar la categoría, pero la versión actual tras tres meses en el dique seco ya le empieza a ver de cerca las orejas al lobo.
En una situación normal, los seis puntos de ventaja con respecto al Mallorca, que marca el descenso, y que en realidad son siete por el gol average particular deberían ser un margen que otorgase a los albiazules cierta seguridad.
Por desgracia, el devenir último señala claramente hacia un nerviosismo enorme. Las carencias futbolísticas de todo el curso se han visto agravadas por una falta de amor propio que hace a este equipo irreconocible. Al primer golpe, se desmorona por completo. Frustración e impotencia se convirtieron ayer de nuevo en protagonistas, sobre todo tras el segundo gol del Granada.
El partido que se había señalado en rojo en el calendario y para el que se había resevado el pasado sábado lo mejor del arsenal concluyó con la sensación de que este proyecto se hunde de manera irremisible y que, salvo reacción inmediata ante el Valladolid, su única alternativa para salvarse pasa por una conclusión rápida del curso que evite que sus perseguidores puedan ya darle alcance.
La alineación contra el Atlético ya había dejado claro que la importancia para Garitano estaba en el duelo contra el Granada y ayer compareció con su equipo de gala. La única duda, recuperado Vidal, estaba en la identidad del segundo extremo y Rioja fue el elegido para actuar por la izquierda. El cuadro nazarí afiló el cuchillo en los primeros compases y se erigió en dominador, pero fue solo durante el tiempo que le costó al cuadro albiazul entrar en calor. Con un Vidal tan activo como móvil sobre el verde, el juego se volcó sobre la banda izquierda con Rioja conformando una dupla peligrosa con un Duarte instalado de forma permanente en zona de ataque y con Lucas cayendo también hacia esa zona.
Después esa reacción, en el ecuador del primer acto el cuadro visitante comenzó a plantarse de manera amenazadora en los dominios de Roberto. Una primera doble ocasión vino seguida del 1-0, en el que el guardamete madrileño no pudo hacer nada -y no porque no lo intentase- tras sacar una mano excelsa ante Puertas para frenar a un Antoñín que marcó a pesar de enredarse con el balón. El miedo sobrevolaba ya Mendizorroza y la sensación de que todo se está poniendo en contra se acrecentó segundos después, cuando Magallán no fue capaz de empatar con todo a su favor solo ante Aarón.
Ni la magia de Joselu y Lucas -lo poco a lo que agarrarse en este equipo- funcionó en esta ocasión en el que hubiese sido el gol de la temporada, con un sensacional pase de tacón elevado del de Silleda para la volea poderosa del coruñés que se estrelló en el poste. Lo de los arbitrajes ya ni se cuenta, pues cuando se podía haber jugado casi una hora contra diez Prieto Iglesias evitó expulsar a Antoñín tras golpear de forma innecesaria a Roberto. Al descanso, todas las alarmas estaban ya encendidas en Mendizorroza.
Como todo lo que va mal es susceptible de empeorar, al regreso del vestuario el Alavés se encontró con un nuevo mazazo en forma de gol. Una rápida contra del Granada sin apenas oposición ante la velocidad de sus pases -los albiazules perseguían sombras- condujo el balón hasta Soldado, que se sacó un golpeo con el interior de su pie derecho directo a la escuadra para el 2-0.
La reacción fue inexistente, de equipo hundido ya, y Garitano buscó agitar el árbol con tres cambios del tirón con media hora por delante. Una cabalgada de Burke que obligó a estirarse a Aarón fue un mago de que regresaba la respiración, ya que de inmediato el tercer gol del Granada lo salvó Roberto por los pelos. Casi nada a lo que agarrarse ni a un videoarbitraje que no aparece ni cuando es evidente, como en un claro agarrón por la camiseta a Laguardia cuando se disponía a rematar una falta. La frustración y la impotencia campaban a sus anchas en el vacío Mendizorroza. El lobo del descenso enseña ya las orejas y el tufo a muerto viviente que desprende este equipo empieza ya a preocupar seriamente.
Garitano El equipo sigue ofreciendo la misma mala imagen desde el parón, con el único espejismo del derbi con la Real que sirvió para conquistar tres puntos que ahora se antojan fundamentales. Ayer n fue capaz de acertar en su par de buenas ocasiones de la primera parte, cosa que sí hizo el Granada en sus primeros acercamientos. A partir del 2-0, el Alavés fue un fantasma pululando tristemente sobre el césped de Mendizorroza.
El acierto, diferencial El Alavés disfrutó de dos grandes ocasiones ya con el 1-0 del Granada, pero Magallán golpeó rematadamente mal el balón con todo a su favor para empatar y luego el grandioso disparo de Lucas Pérez se topó con el palo. Mientras, el cuadro nazarí hizo dos goles en sus dos primeras acciones de peligro.
Sensaciones alarmantes El fútbol no ha acompañado en ningún momento de la temporada a un equipo con graves carencias en su ataque y que ha sobrevivido a base del acierto de sus dos delanteros y cierta seguridad defensiva. Ni lo uno ni lo otro existen ya, tampoco el factor Mendizorroza, y el Alavés se desmorona al primer golpe.
El Mallorca se queda a seis puntos más el 'gol average' con cinco jornadas por disputarse y la visita a Valladolid es vital de nuevo
Roberto
El guardameta va a tener que llevar el peso del equipo en un tramo final tremendamente complicado, aunque el madrileño evidenció ayer que es de lo poco ficable en estos momentos.
Camarasa
Dentro de un equipo con un nivel individual pésimo en casi todas sus líneas, el valenciano ofreció una vez más una actuación muy pobre, persiguiendo sombras y sin aportar nada.
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Estadio Mendizorroza.
Árbitro Prieto Iglesias (navarro).
Alavés
31. Castro; 21. Martin (62') ; 27. Tachi; 4. Ely; 17. Marín (83'); 15. Fejsa; 19. Manu García; 20. Pons (70'); 36. Abdallahi; 16. Edgar (62'); 29. Borja Sainz; 24. Burke (62').
Granada
35. Etxebarria; 40. Costa; 16. Díaz (73'); 15. Neva; 11. Koybasi; 31. Rodríguez (89'); 8. Brice (68'); 14. Vico; 23. Machis (45'); 24. Carlos Fernández (68').
0-1, minuto 25: Antoñín. Puertas se queda solo ante Roberto tras pase de Soldado, el madrileño despeja y, pese a enredarse, Antoñín marca.
0-2, minuto 49: Soldado. Circulación veloz al contragolpe del Granada que culmina Soldado con un disparo con el interior a la escuadra.
Amonestó a Antoñín (minuto 37)., Duarte (minuto 46), Soldado (minuto 62), Martin (minuto 91) y Pons (minuto 96).