Vitoria - Deportivo Alavés y oportunidad son términos que se entremezclan de manera constante a lo largo de unas últimas semanas en la que el conjunto vitoriano encuentra en cada compromiso liguero una nueva opción de dejar encarrilada por completo su permanencia en Primera División. El trabajo del equipo de Asier Garitano, con algunos baches que no se han pronunciado excesivamente a lo largo del tiempo, ha sido el de una laboriosa hormiga que poco a poco ha ido llenando de puntos su particular granero. Una suma constante que, hasta el momento, le ha permitido transitar por la temporada sin haber sentido sensación de apuro alguna en ningún momento. Y que, ahora que atraviesa uno de sus mejores momentos puntuadores del curso, le situará a las puertas de la salvación a poco que sume un pequeño puñado de éxitos más cuando prácticamente queda todavía un tercio de la competición por disputarse. Y como el objetivo, más allá de alcanzar los cuarenta puntos que se marcan como el mínimo que asegura la continuidad en la élite, es pasar por los menores apuros posibles, El Glorioso buscará esta noche un salto enorme hacia su objetivo con una victoria ante el Valencia que le sacaría ya, prácticamente de forma definitiva, del listado de equipos amenazados por el descenso.

El Alavés que en la primera vuelta fue dando ciertos tumbos hasta alcanzar el aprobado raspado con los veinte puntos que suponía haber recorrido la mitad del camino teórico hacia la permanencia se ha convertido en el segundo giro al calendario en un equipo que ha conseguido sumar con mucha mayor regularidad. Quizá no sea un conjunto vistoso ni excesivamente agradable a la vista en lo que a la excelencia futbolística se refiere, pero se ha vuelto contundente en lo verdaderamente importante en el deporte profesional, que es la efectividad. Agarrado a un Fernando Pacheco que se encuentra en un estado de forma excepcional y a la pegada que supone contar con la dorada pareja que conforman Lucas Pérez y Joselu, el cuadro albiazul se ha convertido ya en un equipo tremendamente complicado de superar, que llena sus partidos de trampas para los rivales y que cuenta con un veneno poco común en equipos de la zona baja.

Problemas acumulados A esos argumentos, y a la magia de Mendizorroza, tocará agarrarse una vez más. No es el de Garitano un grupo que vaya a salirse del guión de esfuerzo, sacrificio, compromiso, litros de sudor, solvencia defensiva y algún chispazo de calidad. Tampoco es que le sobren los argumentos en otro sentido, pues los obreros priman sobre los artistas en esta plantilla. Lo que pasa es que, de entre todos los rivales directos, pocos cuentan con genios capaces de sacar de su paleta las pinceladas de talento con las que, por ejemplo, Lucas Pérez adorna casi todas sus actuaciones.

Llega el equipo, además, mermado en su ofensiva al compromiso de esta noche contra el Valencia. Cuando aparece un problema, no es extraño que suceda alguno más que afecte a la misma zona. Y la ley de Murphy ha atacado esta semana a los albiazules, ya que a la ausencia por sanción de Aleix Vidal se le añade también la de Oliver Burke por enfermedad y Garitano habrá de tirar de soluciones de emergencia en los extremos.

El Glorioso tratará de hacer valer el punto extra de motivación que encuentra en Mendizorroza ante un Valencia que tampoco se caracteriza por su regularidad y que como visitante está ofreciendo un nivel impropio de un aspirante a las primeras posiciones. Con la continuidad en la Liga de Campeones en más que serio riesgo, el equipo levantino tiene que apurar sus últimas opciones de volver el próximo curso a la máxima competición continental para cuadrar unos números económicos muy complejos en las oficinas de Mestalla. Una cuestión que se le complicó a las primeras de cambio con todo el episodio que condujo a la destitución de Marcelino García Toral y que cuenta con el impedimento añadido de las importantes bajas que sufre Albert Celades en su ataque. Por ello, el Alavés tratará de aprovechar estas circunstancias para sumar una victoria que supondría un salto casi definitivo hacia la permanencia.