Vitoria - Hace siete días se ganó el Glorioso en el estadio de Mestalla la licencia para soñar, eliminar al Valencia y colarse por segundo año consecutivo en la semifinal de la Copa del Rey. Un logro impensable a comienzos de temporada después de un arranque de liga nefasto que se ha llevado por delante a tres entrenadores y ha puesto en la picota a no pocos jugadores. Un arranque penoso donde el conjunto babazorro se ha pasado prácticamente la primera vuelta en puestos de descenso y donde los refuerzos llegados en verano, como se decía, han resultado un rotundo fracaso.
Pues bien, a pesar de este contexto, el Alavés se encuentra a solo un paso de firmar una nueva machada. Otro partido para la historia como el que ahora hace veinte años protagonizó en el Santiago Bernabéu, entonces en unos octavos de final. Aquel plantel que dirigía Mané y apuraba su asalto a Primera con un grupo de futbolistas tremendamente jóvenes pero ambiciosos, daba la campanada y no solo era capaz de imponerse al Real Madrid en Mendizorroza (1-0 con gol de Manolo Serrano) sino que vio puerta también en la vuelta, esta vez por mediación de Pedro Riesco, con lo que el valor doble de los goles como visitante (2-1) fue suficiente para que el Glorioso se colase por primera vez en su historia en unas semifinales. Aunque las sensaciones coperas no son esta vez las mismas que entonces ni tampoco las del año pasado, es quizá el alavesismo el único agente en el club que en estos momentos se cree de verdad que el sueño es posible. Quizá sea porque su visión de la jugada es mucho más cortoplacista que la del cuerpo técnico y jugadores, centrados en estos momentos en salvar la categoría más que en cualquier otro objetivo; o quizá sea porque si no son ellos los que creen y sueñan con la remontada, ¿quién lo va a hacer? De tratar de complacer a su afición y regalarle una alegría se encargará esta noche la llamada segunda unidad de Abelardo, ese grupo de jugadores con los que el técnico no cuenta tanto pero que en partidos como el de hoy tan buen rendimiento vienen ofreciendo. En el capítulo de altas y bajas, es probable que el preparador ponga en liza esta noche en el once inicial a Rodrigo Ely y Tomás Pina, sancionados ambos de cara al partido del domingo ante el Barça en el Nou Camp, mientras que el resto de jugadores probablemente sean los mismos que hace siete días pusieron contra las cuerdas al Valencia. Entre ellos el paraguayo Hernán Pérez, que será duda hasta última hora después de haber estado tres días de baja por fiebre. El Alavés está obligado a ganar y a mantener, si es posible, su portería a cero si pretende eliminar al Valencia, que parte con cierta ventaja (2-1). El desenlace, al filo de las nueve de la noche.