Vitoria - Las circunstancias ha hecho que durante casi un mes el Deportivo Alavés no haya podido pisar Mendizorroza y precisamente de esa última comparecencia ante su parroquia data la última victoria reflejada en el casillero albiazul. Fue en el choque que abrió la segunda vuelta, el 24 de enero, que se saldó con un triunfo sanador ante el Leganés. Desde entonces, dos empates a domicilio y un partido suspendido y aún pendiente de jugar. El equipo vitoriano solo ha sumado dos puntos, pero se mantiene en la zona templada de la tabla. Cada vez más lejos de cualquier objetivo de envergadura, pero al tiempo sin ver de cerca el peligro. Y es que el ritmo en la zona baja es tan lento y hay semejante atasco de equipos, que por poco que se sume ya es suficiente para ir tirando sin estrecheces. Por esa misma razón, una victoria, que no supone apenas salto en la clasificación, sí que permite la confección de un cómodo colchón para quien la logra. Y con ese objetivo saltará hoy al césped un Glorioso que es consciente que de sumar los tres puntos daría un importante paso adelante en su objetivo de alcanzar una permanencia sin excesivos apuros.

En el citado choque ante el Leganés, el equipo de Alberto volvió a exhibir las virtudes que le adornaron en el arranque del curso y de las cuales la solidez defensiva es la más destacada. Tras un período demasiado largo de sangría goleadora, un Manu Fernández perfectamente pertrechado por su defensa consiguió echar el candado a su portería. Y así, imbatido, siguió el portero asturiano en los compromisos a domicilio en Huelva y Barcelona, saldados con sendos empates ante la inoperancia ofensiva albiazul.

El objetivo del equipo esta tarde es dar continuidad a esa seguridad en la portería y, además, encontrar por fin la chispa ofensiva. El gol, la falta de efectividad, es el gran caballo de batalla de este Alavés a lo largo de todo el curso y en esa falta de pegada hay que encontrar la razón de que no se encuentre en estos momentos en puestos más avanzados en la tabla clasificatoria.

Para poner a prueba su gran virtud y examinarse de su gran debe, el cuadro albiazul tendrá que hacer frente a un Zaragoza que llega a Vitoria en su mejor momento de la temporada. Cuatro victorias en los últimos cinco partidos, en los que no ha encajado ni un solo tanto, han llevado al equipo de Ranko Popovic a puestos de play off, con un cómodo margen sobre su perseguidor más inmediato. Es el cuadro maño un equipo muy seguro en defensa que concede muy pocas oportunidades y que resulta letal en ataque. No es de los que generan muchísimas ocasiones, pero su nivel de acierto es extremadamente elevado. En este sentido, el técnico serbio estará pendiente hasta el último momento del goleador Borja, todo un peligro en el área y que en los últimos días no ha podido entrenar por una sobrecarga pero que ayer acabó entrando en convocatoria.

Para Alberto, por su parte, no es que haya demasiado espacio a las alternativas. Por lo menos en lo que a la defensa se refiere. Con lo que hay tiene que tirar porque no hay más. Con la duda de si será Rafa García o Manu García quien supla a Beobide, las únicas alternativas pueden llegar en los dos hombres que ocupen posiciones más adelantadas, ya que jugando en Mendizorroza parece evidente que se va a apostar por una dupla -posiblemente Juli y Despotovic- mucho más ofensiva.