Vitoria. El éxito de este Alavés se cimentará en la fortaleza que está demostrando como local. Nadie ha conseguido aún escapar de Mendizorroza con la victoria en esta nueva etapa del cuadro albiazul en Segunda División. El combinado que dirige Natxo González se hace fuerte en su estadio, donde ha sumado ocho de los nueve puntos que decoran ahora mismo su casillero en una clasificación que se alivia para los intereses alavesistas al verse por fin fuera de los puestos de descenso.
Más allá de la necesidad de mejorar en los desplazamientos, algo que llegará con el tiempo, el equipo está adquiriendo un poso y una madurez cuando actúa como local que le permiten superar con holgura a todos los rivales que visitan la capital alavesa. Aunque en ocasiones los resultados no han acompañado, el balance del Alavés en Mendizorroza resulta aplastante. Ha sido mejor que todos los oponentes a los que ha recibido. Sólo la falta de acierto en la definición evitó que el Las Palmas y el Sabadell acabaran hincando la rodilla. Sí lo han hecho el Sporting y el Hércules en las dos últimas jornadas, así como el Zaragoza, otro rival de la categoría, en Copa del Rey.
El Alavés ha sumado ocho de los doce puntos posibles en los encuentros como local. Ha marcado ocho goles y sólo ha recibido dos cuando ha actuado al abrigo de una afición que lleva en volandas a sus jugadores y que está disfrutando in situ de los mejores partidos del cuadro albiazul. Mendizorroza es uno de los seis estadios de Segunda en los que aún no ha ganado el visitante. Numancia, Córdoba y los tres primeros (Recreativo, Sporting y Ponferradina) son los otros que tampoco han caído en su propio campo.