Vitoria. El alavesismo recupera la salud. El ascenso del equipo de Natxo González a Segunda División ha permitido recuperar para la causa a muchos aficionados que a lo largo de los últimos años, oscuros tras el paso por la capital alavesa de Dmitry Piterman, se habían bajado del carro. El orgullo albiazul vuelve a asomar. Y se aprecia en las cifras de abonados que ya se han hecho con su carné para poder acudir el próximo curso al estadio de Mendizorroza.

La cifra de socios ha superado ya los 7.500, según las cifras aportadas ayer desde la entidad del Paseo de Cervantes. Se trata de una cantidad relevante, a falta todavía de un mes para que el cuadro gasteiztarra inicie la temporada en Segunda División con un desplazamiento al Montilivi de Girona.

Estas cifras constituyen ya un aumento con referencia a las cantidades en las que se movió la entidad albiazul el pasado curso. Tras cerrarse la primera fase de la campaña de abonados del ejercicio anterior con 7.100 socios, la apertura de una segunda fase en el mercado invernal permitió incrementar en 200 la cantidad hasta alcanzar los 7.300, ya superados este verano.

Estas cantidades, no obstante, quedan aún muy lejos de las registradas en otras épocas, también con el Alavés en Segunda. En la 2003/2004, la última de Gonzalo Antón en la presidencia, 12.200 abonados se quedaron con la miel en los labios cuando el equipo de Pepe Mel no logró ascender. Un año más tarde, con Piterman, hubo 11.000. Ahí empezó el declive que ahora se revierte.