El lateral, criado en la cantera bajo el auspicio de Natxo González, abandonó el club de su ciudad hace tres años en busca de una nueva aventura en Inglaterra, y desde entonces es un alavesista más en la distancia. El sábado estará sin embargo en Mendizorroza "gritando como un energúmeno" desde la grada.
Sus experiencias con los 'play off' no son precisamente buenas...
(Risas) Sí, la verdad es que para los play off soy un poco cafre. Estuve en Alicante tres años y no subimos en ninguno. En el Brighton subimos directamente, sin eliminatoria, pero este año sí que hemos jugado play off para intentar ascender y otra vez hemos palmado. Los play off no son mis amigos.
¿Cómo vive un jugador los días previos a un partido tan decisivo?
Son días muy especiales. Llega el final de temporada y estás muy cansado, pero sacas energía de todos lados porque te juegas todo en un partido. Los jugadores se contagian de la ilusión que hay en la ciudad y ahora en Vitoria seguro que todo el mundo está hablando del Alavés. Veníamos de años muy malos y una dinámica de pesimismo continuo y era importante hacer un año bueno.
¿Irá a Mendizorroza el sábado?
Por supuesto. Ahora estoy pasando unos días en Alicante pero voy a ir a Vitoria sólo para el partido. De hecho, me iba a ir de vacaciones este fin de semana pero he cambiado el vuelo porque no quiero perdérmelo. Estaré en Mendizorroza como uno más, gritando como un auténtico energúmeno. Quería ir a la zona de las peñas pero se han acabado las entradas, así que me sentaré donde pueda. Es un partido en el que hay que estar. Como cuando fui a Las Palmas hace veinte años lo menos.
En Vitoria todo el mundo está seguro de que el ascenso es una realidad. ¿Es peligrosa la euforia?
Mira, no quiero ser un cenizo pero a mí me pasó algo parecido y al final no ascendimos. Con el Alicante empatamos en el partido de ida en Ponferrada y recuerdo que en el vestuario y en el autobús de vuelta lo celebramos como si hubiéramos subido ya, porque como le ocurre ahora al Alavés nos valía el empate a cero en la vuelta. Pero llegó el partido y todo fue muy raro, tuvimos un montón de ocasiones que no metimos y a cinco minutos del final nos metieron el 0-1. Recuerdo que estaba viniendo ya al estadio el autobús descapotable que nos iba a sacar a celebrarlo por las calles, no te digo más.
Es complicado no caer en el optimismo tras sumar un 1-1 en la ida.
Es un resultado muy positivo que todo el mundo firmaba, pero hay que jugarlo. Son partidos con muchas emociones, con mucha tensión. Meter un gol pronto sería clave. La gente no debería meter demasiada presión al equipo. Eso es lo que me da un poco miedo, que la gente se crea que ya está hecho. Cuando subí con el Brighton nos pasó eso. Lo conseguimos, pero nos costó muchísimo ante un rival a priori muy inferior.
Supongo que ahí entra el trabajo de mentalización a cargo del entrenador y los pesos pesados.
Natxo es suficientemente inteligente para saber lo que tiene que hacer. Además en el vestuario hay gente como Sendoa, que estaba conmigo en Alicante cuando pasó lo que acabó de contar, y seguro que lo ha comentado. Al final los jugadores serán más precavidos que la afición. Los jugadores no van a olvidar que el Jaén también ha quedado primero de grupo. Y eso no es por casualidad.
¿Duerme uno bien por las noches cuando está a pocos días de jugárselo todo a cara o cruz?
Son partidos mentalmente muy complicados de jugar y eso afecta. Toda la semana la gente te habla sólo del partido. Vas a la frutería y el frutero te dice que vais a subir, que está hecho. Debes pelear tú mismo con esa tensión y ese exceso de confianza generalizado. Las piernas pesan, pero a la vez son los partidos que todo futbolista quiere jugar. Yo mataría por estar ahí y poder jugarlo.
Está viviendo una segunda juventud en el Brighton ¿Qué tal su experiencia en la Segunda inglesa?
Muy bien, he renovado un año más. Tenía una cláusula que el club podía ejercer para renovarme y la han ejercido, así que estoy muy contento por seguir otra temporada. Ha sido un año distinto porque hasta ahora había estado jugando como primera opción en mi puesto, pero ficharon a Bruno Saltor del Valencia, que venía de jugar Champions, y evidentemente él empezó jugando. Al final he disputado 30 partidos y estoy satisfecho. Hemos quedado cuartos, el puesto más alto de los últimos veinte años, y cada semana reuníamos a unas 30.000 personas en el campo.
¿Cómo le va en su nuevo papel de padre?
Bien, ha sido un año muy especial también por eso. Mi hijo nació en Vitoria pero ha estado más tiempo en Inglaterra que en su ciudad. Intentaremos que sepa que es vitoriano. Yo le canto muchas veces el himno del Alavés para que sepa de dónde viene.
¿Hay muchas diferencias entre la afición albiazul y la inglesa?
No me puedo quejar de la del Alavés, por supuesto, porque es la mejor de Segunda B y de donde sea con diferencia. Pero Inglaterra es otro mundo. Allí el plan del sábado es ver el fútbol, da igual si es en casa o fuera. Cuando jugamos en otro campo tenemos dos mil personas que viajan con nosotros, incluso un martes a la noche. Se recorren el país para verte. Además allí la gente es del equipo de su ciudad. No es del Madrid o del Barça y luego de otro equipo. Allí eres de donde naces, y eso se transmite de padres a hijos.
EL PROTAGONISTA
· Nombre completo. Iñigo Kalderon Zapatería.
· Nacimiento. 4 de enero de 1982 (31 años) en Vitoria.
· Trayectoria. Se formó en las categorías inferiores del Deportivo Alavés, donde estuvo a las órdenes de Natxo González. Tras pasar por el filial y no lograr hacerse con un hueco en la primera plantilla, jugó en el Alicante (2004-07), antes de rergresar al Alavés (2007-09). Desde hace cuatro años juega en el Brighton de Inglaterra.