Los integrantes del Gandía, hartos por los constantes incumplimientos de las sucesivas comisiones directivas a la hora de liquidar los salarios pendientes, han decidido no competir cuando se cumpla el plazo legal de convocatoria de huelga. El equipo lucha por la permanencia en el Grupo III de Segunda División B pero, si no se reconduce la situación, podría verse abocado al descenso o incluso a la desaparición si los futbolistas hacen efectiva la amenaza de huelga en las jornadas que restan.