Vitoria. Si ya de por sí la situación en el seno del Deportivo Alavés no estaba para tirar cohetes, la suspensión del entrenamiento matinal de ayer por la escasa concentración de los jugadores no hace más que echar leña a un fuego que ya arde con bastante fuerza. El aficionado albiazul andaba con la mosca detrás de la oreja esta semana por culpa de las malas sensaciones con las que abandonó el campo después del partido contra la Gimnástica de Torrelavega, así que situaciones como la vivida ayer en Ibaia no sirven para calmar unos ánimos que andan bastante encrespados.

Rayos y truenos en Ibaia después de una mañana que había comenzado soleada. Tras el paso inicial por el gimnasio, donde tocó charla, los futbolistas pasaron por el vestuario para prepararse para el trabajo sobre el césped. La música resonaba en Ibaia como pocas veces lo había hecho esta temporada. José Carlos Granero salía al campo conversando con el doctor Alberto Fernández. "¡Que se diviertan los chavales!", sonreía el técnico valenciano mientras se disponía a comenzar la penúltima sesión de trabajo de la semana.

Habitualmente, este entrenamiento ejerce de puente entre dos sesiones fundamentales para el preparador albiazul. La anterior suele estar destinada a la disputa de un partidillo en la que se ensayan conceptos tácticos; la siguiente, y última de la semana, sirve para reforzar esos conceptos y también para trabajar la estrategia. Lo normal en esta sesión intermedia es que haya espacio para una cierta relajación y los juegos con el balón. No era el caso ayer y el equipo no supo leer ese cambio de registro.

Tras un suave calentamiento, Granero dispuso a sus jugadores en formación de partido con una alineación que puede parecerse mucho a la que finalmente presente mañana ante Osasuna B. La exigencia mínima era escasa, ya que se pedía buscar la salida del balón en un ejercicio que había de hacerse al paso para no forzar la musculatura. Poco más que un recuerdo y refuerzo de lo ya aprendido.

Una. Mal. Dos. Mal. Tres... Hasta aquí aguantó Granero. El valenciano dejó a un lado su habitual tono cordial, no es la primera vez que lo hace pero se hace raro verle así de enfadado, para dar por finiquitado un entrenamiento del que ni siquiera se habían desarrollado cinco minutos. "¿Qué os pensáis, que estáis de viernes?", les espetó a sus pupilos inmediatamente antes de mandarles a la ducha.

Los rostros, cariacontecidos, de los jugadores camino de los vestuarios reflejaban bien a las claras que el horno no estaba para bollos. Granero no vio en sus jugadores la concentración suficiente para afrontar el ejercicio indicado y dio por finalizado el entrenamiento mucho antes de lo previsto como señal de aviso a unos jugadores que de regreso a la caseta se abstuvieron de volver a poner música.

El particular marrón de dar explicaciones después de este ingrato suceso le cayó a uno de los capitanes, Asier Salcedo. El vitoriano no tuvo más remedio que agachar las orejas y asumir la parte de culpa que la plantilla tenía en esta situación que, vista desde el lado positivo, puede ser beneficiosa para que se produzca una reacción y que el episodio de ayer sea anecdótico.

"El entrenador nos ha pedido unas cosas en el ejercicio y nosotros no hemos sabido dárselas por falta de concentración y ha pasado lo que ha pasado. Creo que hay que quitarle hierro al asunto. Vamos a aprender de esta lección y que no vuelva a repetirse. Esto tiene que ser una anécdota. Ha sido culpa nuestra por una falta de concentración y solo cabe esperar que no se repita. No hay que darle más vueltas porque todos somos mayorcitos y nos hemos dado cuenta de que esto no tiene que volver a suceder. Tenemos que centrarnos en que el domingo tenemos un partido difícil que hay que sacar adelante", señaló el centrocampista vitoriano.

Eso sí, Salcedo no cree que el episodio vivido ayer en Ibaia ponga al equipo en un punto de obligación aún mayor que el que ya de por sí tenía anteriormente, casi con la obligación absoluta de ganar a Osasuna B para comenzar a enderezar un rumbo que ya lleva demasiado tiempo perdido.

"Nuestra idea es salir a ganar como hacemos siempre. En Mendizorroza no podemos dejar escapar más puntos. La situación sigue siendo la misma independientemente de lo que haya sucedido. Hay que cambiar el chip y dar más entre todos. El domingo se va a ver al verdadero Alavés", concluyó Salcedo.