Vitoria. José Carlos Granero impartió ayer, pizarra en mano, una lección táctica digna de ser estudiada. El preparador albiazul desgranó para sus pupilos el juego del Lemona y ensayó sobre el césped de Ibaia las principales variantes de juego y las acciones de estrategia que suele utilizar el conjunto cementero. Ni un detalle dejó pasar por alto el preparador valenciano, empeñado en que su plantilla conozca a la perfección todas las virtudes del oponente para así tratar de evitar el peligro.
Con el condicionante de las exiguas medidas del terreno de Arlonagusia, Granero exigió a sus futbolistas que no permitan la salida del juego desde atrás de los dos centrales del Lemona y sus habituales desplazamientos en largo de balón buscando a los delanteros y las segundas jugadas. Especial relevancia le dio el técnico valenciano a la figura de Markel Robles, quien la pasada temporada se convirtió en una pesadilla para los albiazules en Mendizorroza, advirtiendo a sus pupilos acerca de la necesidad de evitar el juego por alto en las inmediaciones del espigado mediapunta. Así, el cuadro vitoriano intentará morder desde los primeros metros al Lemona para evitar ese juego directo en el que tan bien se mueven los cementeros.
Otro de los principales peligros del equipo de Javier González Etxebarria, el juego a balón parado, también fue ampliamente trabajado por Granero. Incluso, en los saques de esquina no permitió el preparador valenciano que los lanzadores cogieran más de un paso de carrerilla, ya que Arlonagusia no deja espacio para mucho más.
De esta manera, el preparador albiazul fue advirtiendo del peligro de cada tipo de acción, ya fuese saque de esquina, de banda o faltas cercanas al área, dejando claro a sus jugadores que en cuanto el encargado de ejecutar este tipo de jugadas del Lemona marcase gestualmente las mismas deberían estar preparados para defenderlas.