Un año más, los vecinos y vecinas de Armentia se preparan para la fiesta de San Prudencio y honrar al Patrón de Álava. La celebración, que se extiende entre las fechas del 28 de abril al 1 de mayo, es, de hecho, el culmen de meses de una preparación minuciosa para que todo discurra a la perfección, lo que supone un orgullo y una responsabilidad mayúscula para la junta de Armentia.

“No queda nada, siempre vamos adelantados porque para el día 1 de abril está entregada toda la documentación relativa a la organización, los feriantes y los puestos de comida”, se felicita Alfredo López de Uralde, el presidente de la junta de Armentia, quien llega con los deberes hechos al 28 de abril, aunque reconoce estar “alerta a cualquier tipo de imprevisto porque siempre hay algo”.

Es de tal magnitud el volumen de trabajo que se debe planificar durante los meses previos que, tal y como explica López de Uralde, “las solicitudes de las licencias las realizamos el último sábado de enero” y “a partir de ahí, la maquinaria empieza a funcionar”.

“A los feriantes se les da un gran día de trabajo y quisiéramos reunirnos con los más antiguos”, anhela Alfredo López de Uralde

Una maquinaria, eso sí, que demanda herederos para que el futuro de las fiestas de San Prudencio esté en buenas manos. “Menos mal que tenemos un equipo que es fenomenal, aunque la pena es que todos tenemos años, somos jubilados y tenemos muy poco relevo”, reconoce Alfredo López de Uralde, que matiza que el aspecto positivo de que el núcleo duro esté constituido por jubilados es que la dedicación de horas para la organización de las fiestas es plena. 

Eso sí, el futuro, de momento, tiene brotes verdes, pues tal y como agrega en su charla con este periódico, la junta ha reclutado a dos ayudantes de 40 años y con ello “se nos ha abierto un mundo para el futuro”. “Aunque queramos seguir al pie del cañón, tenemos una fecha de caducidad”, reconoce.

Volumen de trabajo

El trabajo de la junta de Armentia no es baladí. Su labor consiste en actuar como enlace entre los feriantes y los entes públicos para garantizar que todos los permisos y licencias de los puestos que ocupan las campas de Armentia se tramiten correctamente. Para los feriantes, una organización previa adecuada es clave, ya que las fiestas representan su principal fuente de ingresos. De hecho, muchos de ellos pertenecen a la tercera o cuarta generación de su familia en el oficio, tal y como estima Alfredo López de Uralde. “Se les da un gran día de trabajo y quisiéramos reunirnos con los más antiguos”, anhela el presidente de la junta.

Para que este enclave goce de un ambiente único año tras año, el equipo de Alfredo López de Uralde se encarga de que toda la documentación, como por ejemplo los requisitos sanitarios, esté en regla para que el ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz pueda dar su visto bueno. Es decir, la recepción a las autoridades políticas, los puestos de comida y actividades como los torneos de cartas y bolos, además de la gestión de las actividades musicales, pasan antes por el filtro de la junta de Armentia.

“Ahora es muy difícil vivir en Armentia, las personas de aquí se casan, se van a Vitoria y recuperar la casa de los padres vale mucho dinero”

Alfredo López de Uralde - Presidente de la Junta de Armentia

Los vecinos y vecinas de Armentia se convierten en los anfitriones de Álava durante tres días. “En Armentia se juega una doble partida: no solo se trata de la festividad de Álava, que es la que toda la gente conoce, sino que San Prudencio es algo indescriptible”, señala Alfredo López de Uralde. “Un vitoriano le puede tener mucha devoción, pero los de Armentia hemos nacido con ello, nos hemos criado en casa, en la escuela con ello y algunos llevamos hasta el nombre”, puntualiza el presidente de la junta, cuyo nombre es, en concreto, Prudencio Alfredo.

Motivos de orgullo

La sensación para los habitantes de Armentia es que cada año las fiestas de San Prudencio atraen a más adeptos. Y ello constituye un motivo de satisfacción para la junta que preside López de Uralde. “En cuanto a gente, según los datos de la policía, nos dicen que durante las fiestas tenemos una media de 25.000 personas en momentos determinados en Armentia”.

Los integrantes de la Junta de Armentia posan en un terreno que estará teñido de alaveses entre el 28 de abril y el 1 de mayo DNA

Alfredo López de Uralde, además del trabajo que entraña organizar las fiestas de San Prudencio, no cesa en su empeño de garantizar un relevo generacional en la junta de Armentia. “Hemos formado a mozos desde los 14 años hasta los 25 y tienen una afición tremenda, colaboran en las fiestas y con mucha ilusión”, recuerda. “Esperemos que sean los que cojan el testigo en un momento determinado, aunque sé que supone mucha dedicación en pocos días”, matiza.

Según el presidente de la junta de Armentia, uno de los motivos que complican la llegada de savia fresca a la organización de las fiestas es el éxodo de los jóvenes a la ciudad y la llegada de “urbanitas a Armentia”. “Ahora es muy difícil vivir aquí, las personas que se casan se van a Vitoria y recuperar la casa de los padres para vivir vale mucho dinero. Eso supone un inconveniente a la hora de reencontrarnos y por eso hacemos una cena vecinal, donde nos juntamos nietos e hijos. Se viva o no en Armentia, tenemos un gran arraigo”, concluye Alfredo López de Uralde.