La asociación de Alzheimer y otras demencias de Álava (Afaraba) exigió este viernes que sus enfermos tengan derecho a “una atención sanitaria específica”, además de a “diagnósticos certeros, acceso a los nuevos tratamientos e igualdad territorial” para obtener “los mismos derechos”, vivan donde vivan. Según los datos en poder del colectivo, más de 40.000 personas, entre los propios afectados y sus familiares, conviven a día de hoy con el Alzheimer en el territorio, un demoledor registro que en el caso del Estado español llega hasta los cinco millones.
La asociación alavesa realizó esta petición durante la lectura del manifiesto del Día Mundial del Alzheimer, que se celebra este domingo, en un acto celebrado a las puertas de la Catedral Santa María de Gasteiz.
Su presidente, Miguel Ángel Echevarría, fue el encargado de leer el texto, que reclama “derecho a la dignidad” y “a no ser tratados como un cajón de sastre, ni ser confundidos con otros colectivos, ya que el Alzheimer es distinto y necesita respuestas distintas”. Asimismo, Echevarría demandó “ser escuchados, comprendidos y atendidos con medidas específicas, no con soluciones generalistas” y reivindicó el derecho de los enfermos “a decidir, mientras la memoria resiste”, por lo que señaló que “el diagnóstico temprano no es solo una cuestión médica, sino un acto de justicia”.
Una nueva esperanza
Un equipo de investigación del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER-ISCIII), en colaboración con la empresa biotecnológica Biocross, han desarrollado ‘e4Quant’, un innovador análisis de sangre que permite identificar de forma rápida y precisa a las personas portadoras de la variante genética APOE4, el principal factor de riesgo para la enfermedad de Alzheimer. Una nueva esperanza de la que se el ISCIII informó ayer con motivo de este Día Mundial.
“Tenemos derecho a la investigación, porque el Alzheimer es cruel y devastador, pero es una enfermedad como cualquier otra y toda enfermedad merece cura. Después de veinte años, Europa ha aprobado dos nuevos fármacos. Son una chispa de esperanza, pero necesitamos más investigación, más avances y más futuro”, demandó el presidente.
Por otro lado, la asociación pidió “leyes hechas para nosotros, no para otros colectivos” y “estar incluidos en la estrategia nacional de cuidados como un colectivo específico con necesidades propias, así como que “se reconozca a la persona cuidadora, con un estatuto claro y digno”.
El papel “clave” de las familias
Echevarría destacó “el papel clave de las familias, quienes, desde el principio, han abierto camino, pidieron respuestas a la ciencia, reclamaron apoyos a la administración e impulsaron las terapias no farmacológicas en nuestro país”.
Tras la lectura del manifiesto, los deportistas locales Eneko Llanos y Ruth Brito tocaron 24 veces las campanas del céntrico e histórico espacio “para que nadie se olvide de las personas que sufren el Alzheimer”.
“No pedimos más. No pedimos menos. Pedimos lo mismo: Igualdad de derechos. El Alzheimer no es un reto individual. Es un compromiso de quienes formamos esta comunidad. No es solo un problema médico. Es un desafío social, político, moral. Y aquí, en la capital del País Vasco, desde Vitoria-Gasteiz, queremos decirlo con claridad: La sociedad no puede mirar hacia otro lado. Porque la memoria de un pueblo no se mide en sus archivos, ni en sus monumentos. Se mide en cómo cuida a quienes empiezan a olvidar”, significó el manifiesto, leído en presencia de los titulares de Políticas Sociales tanto en el Ayuntamiento de Gasteiz como en la Diputación Foral de Álava, Gorka Urtaran y Lucho Royero, respectivamente, así como de la consejera de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico, Nerea Melgosa.