Yo digo siempre que a AJL la veo un poco como Álava, que es un pequeño entre grandes; estamos financieramente bien posicionado, porque lo que nunca he hecho es subir una escalera sin haber pisado la otra, que está bien posicionado, que estamos bien comunicados, que trabajamos y que podemos tener éxito, tanto Álava como AJL, porque lo está demostrando por valores, conocimientos y trabajo”. Habla Pedro José Salazar, director general y presidente de AJL Ophthalmic.

La de AJL Ophthalmic es la historia de una pequeña distribuidora de material sanitario para cirugía oftálmica, nacida en 1992 en Las Arenas de la mano de un grupo de oftalmólogos. Dos años después, Salazar tomó las riendas: “Vi que dependíamos totalmente de fuera. Entonces dije, ¿por qué no fabricamos?”.

Y desde ahí, superados ya los treinta años de vida, AJL Ophthalmic se ha transformado, desde sus instalaciones en el Parque Tecnológico de Álava, en la única empresa en el Estado dedicada a la fabricación de lentes intraoculares y otros productos sanitarios para el campo de la oftalmología. 

De distribuidora a fabricante

“Me he dado cuenta ahora, después de todos estos años, de que tuvimos una ventaja sobre otras empresas, startups y emprendedores: nosotros ya vendíamos, no es lo mismo hacer un producto nuevo que va a ser una maravilla y luego tener que venderlo, que estar vendiendo ya unos productos y luego hacer tú el tuyo”, explica Salazar.

Pedro José Salazar, director general y presidente de AJL Ophthalmic. Jorge Muñoz

Esa transición ha dado como fruto una compañía que, con una plantilla de 80 trabajadores –unos 20 dedicados a la I+D–, ha hecho de la innovación y la calidad sus señas de identidad, con 87 distribuidores en todo el mundo –desde Afganistán a Colombia– y en torno al 35-38% de sus ventas en el mercado internacional. La filosofía de la empresa la resume Luis López Ugarte, responsable de planta: “Si hacemos algo lo vamos a hacer bien y, si no, no lo hacemos”. 

¿Y qué se produce en los 3.000 m2 del reconocible edificio oscuro que alberga las instalaciones de AJL Ophthalmic en el Parque Tecnológico de Álava desde 2010? Pues productos para tratar cualquier patología relacionada con el ojo, desde la que puede ser más conocida, la lente utilizada para sustituir el cristalino en la operación de cataratas, hasta implantes para la pérdida de ojo que se acoplan en la musculatura.

A partir de ahí, AJL Ophthalmic cuenta en su portfolio con productos para el tratamiento de deformaciones del ojo como el queratocono, dispositivos para el desprendimiento de retina, anillos de tensión, expansores de iris o válvulas para aliviar la tensión ocular.

Uno de los productos fabricados por AJL. Jorge Muñoz

Apuesta por la I+D en estrecho contacto con los profesionales del sector

Precisamente el caso del tratamiento del glaucoma, consecuencia de esa tensión ocular, es un ejemplo del trabajo estrecho de I+D que AJL desarrolla junto a prestigiosos oftalmólogos y hospitales. “Un oftalmólogo importante se puso en contacto con nosotros para intentar hacer un trasplante de córnea. La córnea ya se ha dañado hasta cierto punto, vamos a detener el avance mediante un trasplante. Entonces diseñamos un dispositivo que permite quitar parte de la córnea, poner ese dispositivo y trasplantar una córnea sana de un donante y detener la evolución: la persona ha perdido un 20% de visión, ahí se ha quedado, pero no va a ir a más. Es un avance que no sale en las noticias, pero es algo muy importante que se está haciendo en Álava a nivel mundial, dispositivos que solo tenemos nosotros”, explica López Ugarte.

Un descubrimiento científico en una batalla área

Las lentes intraoculares que hoy fabrica AJL Ophthalmic tienen una curiosa historia detrás y es que, a veces, los descubrimientos científicos tienen su origen en casualidades observadas por personas con conocimientos. El inglés Nicholas Harold Lloyd Ridley era uno de los médicos que asistió en 1940 a los heridos en una batalla aérea entre la RAF británica y la Luftwaffe alemana. Llamó su atención el caso de un piloto herido en los ojos por las astillas de la carlinga del avión. Tras varias operaciones consiguió devolverle parcialmente la vista, constatando que aquel material de la cabina del avión no había causado reacción de rechazo en el ojo. Ese material era el polimetilmetacrilato de las cabinas de los aviones, el PMMA. Años después el propio Lloyd Ridley, en 1950, recordaría y recuperaría aquella experiencia para dar solución a la sustitución del cristalino en una operación de cataratas, realizando así el primer implante de una lente intraocular.

Así, la Clínica Barraquer de Barcelona o el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega en Asturias son solo algunos de los nombres de referencia del ámbito médico con los que colabora AJL en el Estado. Una colaboración estrecha basada en la I+D que le permite competir, como explica Salazar, en un sector con gran protagonismo de multinacionales.

“¿De qué tiene fama AJL? De que hace I+D. El médico viene, te cuenta y tú le haces, porque eso no le hacen las multinacionales. Ahora ya nos vienen también del extranjero, vienen norteamericanos, de la India, nos viene ahora la doctora Parolini de Italia. Tenemos fama dentro del mercado internacional de que somos una empresa de I+D, que somos capaces de desarrollar productos”. En definitiva, apunta Salazar, AJL Ophthalmic ha sabido buscar y centrarse en nichos a los que no llegan sus competidores.

Y su trabajo no deja de ofrecer nuevos productos. Es el caso de la osteo-odonto queratoprótesis, un dispositivo que se implanta en la cornea del paciente sobre tejido dental, permitiendo recuperar visión en casos de opacidad de córnea en los que no es posible realizar un trasplante.

Material en bruto con el que luego se fabrican las lentes intraoculares. Jorge Muñoz

Además, AJL Ophthalmic despliega otras dos líneas de fabricación: una de material viscoelástico, soluciones oftalmológicas destinadas a favorecer la cirugía, tinciones –que tiñen o dan contraste a zonas que requieren intervención–; y otra es la relativa a la oculoplastia o pérdida del ojo, un ámbito que se orienta no solo a pacientes afectados por accidentes, por ejemplo, sino también por conflictos, como en los últimos tiempos Ucrania.

Una empresa internacional en expansión

Pero la actividad de AJL no se detiene ahí. También ha desarrollado una línea de mercado muy importante en veterinaria. La frase “los perros de Nueva York llevan lentes vascas” de Salazar resume esta línea de trabajo que nació tras la compra por AJL de la estadounidense Addition Technology Inc (ATI) en 2013.

Luis López Ugarte, responsable de planta, junto al panel que controla las condiciones de las salas blancas. Jorge Muñoz

Con el deseo de comercializar más productos en EEUU, y dado lo complejo y costoso del proceso de obtención de permisos de la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos), Salazar –hijo de veterinario– decidió dar un empujón y acelerar la entrada de AJL en el mercado estadounidense con las famosas lentes para perros. “Venderemos ahora del orden de 500.000 dólares de lentes para perros”, explica. Dentro de esta línea veterinaria también están empezando a producir lentes para gatos e incluso han fabricado específicamente una para un lince.

Apuestas por la sostenibilidad

Una instalación fotovoltaica en la cubierta de su edificio del Parque Tecnológico de Álava o la implementación de sistemas de climatización basados en aerotermia son algunas de las apuestas que han permitido a AJL Ophthalmic mejorar su eficiencia energética y reducir su huella de carbono. Una apuesta por la que recientemente ha recibido el tercer premio en los Premios 2025 a las Buenas Prácticas en Industrialización Sostenible, Energías Limpias y Ecodiseño.

Precisamente la adquisición de ATI, con sede en Chicago, supuso para AJL Ophthalmic, recuerda su director general, “un intangible que nos ha dado mucha implantación en todo el mundo”. Uno de los últimos pasos en el ámbito de la internacionalización es, apunta Salazar, AJL Colombia. “Colombia es una de las zonas de Sudamérica que más consolidada está en el tema de oftalmología”, un mercado en expansión, al igual que Asia. EEUU sigue siendo un mercado en el que crecer –“EEUU cuesta mucho por los permisos”, apunta–, sin perder de vista el objetivo futuro de África. 

En definitiva, si actualmente el 35-38% de las ventas de AJL Ophthalmic son al exterior, el objetivo que se marca Salazar es que ese porcentaje ascienda a en torno el 70-76%.

La calidad, en el corazón

Para ello, y junto a la apuesta constante por la I+D, AJL ha hecho de calidad el corazón de la empresa, comprobando sus productos en cada fase de la fabricación e implementando sistemas técnicos y medidas en sus laboratorios que minimicen cualquier riesgo de fallo. Ahora mismo está desarrollando un sistema de inteligencia artificial para reducir incluso la subjetividad a la hora de analizar una a una las lentes. El resultado de este trabajo minucioso a lo largo de todo el proceso es una absoluta trazabilidad del producto.

AJL, en definitiva, forma parte de ese ecosistema de empresas del sector de las biociencias que han logrado por méritos propios hacerse un hueco importante en el tejido productivo alavés. Ahora miran con interés y aplauden los incentivos fiscales anunciados recientemente por la Diputación alavesa para el sector. Para seguir creciendo.