"Nunca olvidaremos las vidas que el agua cubrió"
La Diputación Foral de Álava rinde tributo a los pueblos que desaparecieron bajo las aguas del embalse de Ullibarri-Gamboa y a las más de 600 personas que en 1957 se vieron obligadas a abandonar sus hogares
El 10 de mayo de 1957 el tiempo se detuvo en el antiguo municipio de Gamboa. Fue el día en que el gobierno franquista decretó la disolución del núcleo alavés, lo que derivó en la división y redistribución administrativa de sus pueblos, como consecuencia de la construcción del embalse de Ullibarri-Gamboa.
Más de 600 personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares, sus tierras y su forma de vida, con lo puesto. Los pueblos de Mendizabal y Orenin quedaron totalmente sepultados bajo las aguas. Otros como Garaio o Zuazo de Gamboa sufrieron transformaciones irreversibles.
Los pueblos que el agua se llevó
Pero su memoria sigue todavía hoy, casi siete décadas después de esta traumática historia, muy presente, como ha quedado demostrado este lunes. "Nunca olvidaremos las vidas que el agua cubrió ni la historia que reposa en sus profundidades", ha subrayado el diputado general de Álava, Ramiro González.
El mirador del embalse ha acogido esta mañana un sentido homenaje a los pueblos que desaparecieron bajo las aguas del pantano, el primero de estas características que brinda la institución foral, con la participación de numerosas familias afectadas, representantes de los actuales ayuntamientos del entorno y sus juntas administrativas o parte del gobierno foral.
Recuerdos, tradiciones, esencia
La Banda de Txistularis de la Diputación ha interpretado el Agur jaunak y, tras él, González ha realizado una ofrenda floral acompañado por Iñaki Gurtubai, diputado foral de Igualdad, Euskera y Gobernanza, en un nuevo tótem que ha quedado instalado en el lugar como símbolo permanente del recuerdo y el reconocimiento.
La placa que porta, el mejor recordatorio de lo que sucedió para las personas que hasta allí se acerquen y las generaciones que vengan, recuerda la "valentía y el sacrificio" de quienes "abandonaron sus hogares por el bien de un desarrollo económico que benefició a otras comunidades”.
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“Desaparecieron recuerdos, tradiciones y la esencia de las personas que habitaban dichos municipios. La mayor parte de aquellas poblaciones afectadas se vieron forzadas a emprender una nueva vida, en muchos casos en condiciones penosas”, ha recordado González.
La mayoría emigró a Vitoria, pero otros muchos tuvieron que desplazarse a lugares más lejanos dejando atrás sus raíces. Hoy son los municipios de Arratzua-Ubarrundia, Elburgo y Barrundia y los pueblos de Mendixur, Marieta-Larrintzar y Ullibarri-Gamboa los que comparten vecindad con el embalse que surte de agua tanto a Gasteiz como a Bilbao.