La estación de autobuses de Vitoria-Gasteiz lleva años formando parte de la vida de muchos vitorianos. Un lugar concurrido por miles de ellos, que día tras día utilizan sus instalaciones para poder desplazarse. Muchos de ellos puede que al trabajo, a la universidad o simplemente a un viaje por puro placer. Sea cual sea el motivo todos se concentran en el mismo sitio, que el viernes 14 de marzo celebró su décimo aniversario.

Millones de viajeros

La estación ha tenido un recorrido remarcable, solamente el año pasado dio servicio a más de 4 millones de viajeros. Un dato sorprendente y que derrumba por completo las expectativas iniciales de 2,5 millones de viajeros anuales. 

Además, gracias a las conexiones con otros pueblos y zonas más pequeñas Álava se ha cohesionado entre sí y con el resto de provincias. María Cengotita fue una viajera recurrente en sus años de estudio en Mondragón, iba y venía todos los días de sus clases. Aunque no llegó a conocer la antigua, asegura que la nueva estación es muy amplia y muy accesible con el tranvía. “Yo estoy muy contenta con el servicio”, expresa Cengotita. 

María Cengotita en la estación de autobuses de Vitoria.

Mejora de servicios

Asimismo, María Ileana Berru, trabajadora de la tienda de la estación de autobuses, asegura que las instalaciones están muy bien. También recibe la opinión de muchos viajeros que se alegran de la mejora en los servicios, algo que antes era una queja recurrente.

María Ileana Berru en la tienda de la estación.

Aunque la estructura y el servicio han mejorado considerablemente, todavía hay viajeros que añoran el sentimiento acogedor que tenía la antigua en Los Herrán. Es el caso de Jessica Alexandra Cepeda que viaja junto a su amiga  Neila Álvarez Dopico. Indica que pese a que la anterior carecía de espacio suficiente para los autobuses, el interior del edificio era más cómodo y acogedor.

Neila Álvarez Dopico y Jessica Alexandra Cepeda esperando a su autobús.

Consumo reducido

Además, la idea era adaptar la estación al concepto green, que es el símbolo de la ciudad. Con el fin de consumir un nivel reducido de energía cuenta con energía geotérmica para la climatización y paneles fotovoltaicos para autoconsumo de energía. Una manera de contribuir al proyecto general de conseguir una ciudad verde.

Puede que las instalaciones estén pensadas en este sentido, pero según María Blanca Roldan de Aranguiz contamina mucho más el recorrido de los autobuses dentro de la ciudad. “Estoy en contra de que los autobuses que vienen aquí recorran toda la ciudad y contaminen toda la ciudad”, indica. La ciudadanía ya cuenta con autobuses urbanos, tranvías y el BEI, por eso no ve necesario que haya que hacer un recorrido por el interior de Vitoria.

María Blanca Roldan de Aranguiz esperando su autobús.

Aun así, asegura que la estación es “increíble”, con muy buena comunicación con el resto de transportes y muy bien ubicada. Una opinión que también comparte Pilar Esgueva, aunque ella destaca que los viajes que finalizan de madrugada no tienen buena conexión para moverse por la ciudad. “Cuando vienes de viaje a las dos de la mañana no hay taxis, no pasa ningún autobús”, asegura Esgueva.