El portavoz del espacio que aglutina a Podemos y Ezker Anitza en las Juntas Generales no se cierra a futuros acuerdos con el Ejecutivo, aunque asume que Elkarrekin se encuentra ahora “en una posición más difícil” que el resto de formaciones de la oposición tras los acuerdos con EH Bildu sobre las Cuentas y el PP en torno a las medidas tributarias.
El diputado general ha realizado una valoración “claramente positiva” de este ejercicio 2024. ¿Qué opinión le merece este diagnóstico?
Nos resulta un poco tibio, porque un diagnóstico positivo sería que el Gobierno foral hubiese llegado a más acuerdos con nuestro espacio político, que es el que puede hacer una aportación mayor frente a las necesidades que vemos más urgentes para Álava. Hemos mantenido un diálogo permanente durante más de un mes sobre el Presupuesto, con muchas reuniones de las que esperábamos salir con medidas progresistas en los ámbitos de la vivienda, la exclusión social y otros elementos que consideramos fundamentales de cara a la mejora del territorio. Pero lo que finalmente se ha ido llevando a cabo es un mayor acuerdo con el PP, la derecha, y con EH Bildu, que ha protagonizado un desplazamiento hacia el centro abandonando ciertas políticas progresistas. Todo esto nos ha dejado un sabor de boca bastante agrio.
¿Qué ha impedido esta vez el acuerdo presupuestario con su espacio?
Desde nuestro punto de vista, al Gobierno foral y a Ramiro González al final les dio miedo llegar a un acuerdo con nosotros. Porque había ciertos requisitos, sobre todo dos, de los que veníamos hablando desde el principio que no se cumplieron: las condiciones para la firma del convenio de las residencias privadas, que tenían que estar acordadas de manera previa al pacto presupuestario mediante varias reuniones con los sindicatos, y la firma de una hoja de ruta entre las centrales, la patronal y la Diputación; y por otra parte, el tope al alquiler en las zonas tensionadas, que necesitaba el envío de datos fiscales y catastrales al Ministerio de Vivienda. El primer asunto, que era una condición indispensable para firmar ese acuerdo, se fue aplazando por parte del gobierno. Y aunque finalmente llegamos a un preacuerdo para que el 28 de febrero los datos fiscales estuvieran enviados al Ministerio, todo se truncó después tras el pacto con EH Bildu.
Después de haber tenido el acuerdo tan cerca, ¿tiene una cierta sensación de oportunidad perdida?
Oportunidad perdida siempre, porque somos un espacio dialogante, con voluntad de acordar y de ser útil para el progreso social. Por eso, para nosotros sí que fue agrio que ese acuerdo no terminara de llevarse a cabo. Ha sido, aparte, mucho trabajo, más de diez reuniones, y realmente no ha sido una buena noticia que el Gobierno foral terminara pactando con EH Bildu. Y más que nada porque no vemos que ese acuerdo sea bueno, positivo para nuestros objetivos.
Acordadas las Cuentas con EH Bildu y las medidas tributarias con el PP, ¿qué papel va a jugar ahora Elkarrekin Araba en las Juntas?
El papel de Elkarrekin está muy claro. Vamos a ser oposición, pero buscando también la oportunidad de llegar a acuerdos con el Gobierno foral. Hay un espacio que está claramente a la derecha, que es el PP, y que va a empujar siempre hacia la derecha. Hay otro al centro que cada vez está ocupando más EH Bildu, con una bajada en sus objetivos sociales del pasado. Y un espacio que se mantiene a la izquierda, con unos objetivos muy exigentes de cara a los avances sociales, que es el que ocupa Elkarrekin. El Gobierno foral tiene que elegir siempre entre uno de los tres para alcanzar la mayoría. Hasta ahora, con Elkarrekin solo ha pactado el Impuesto a la Grandes Fortunas, que fue el año pasado. Y a partir de ahí, se está manteniendo en una posición cómoda, en el centro, que la ha ocupado el PP primero y ahora EH Bildu, que son los que le están poniendo más cómodo el pacto.
“No ha sido una buena noticia que el Gobierno foral terminara pactando con EH Bildu. No vemos que ese acuerdo sea bueno”
Ahora viene la negociación sobre la llamada revisión fiscal. ¿Cómo afronta estas conversaciones?
De momento, el gobierno no ha querido mantener ni una sola reunión sobre temas fiscales, por lo menos con nuestro espacio. Nosotros se la hemos solicitado a Ramiro González en varias ocasiones y no ha querido. Pero sí tenemos nuestras propuestas preparadas, y muy claras, para los tres territorios. Son propuestas sociales, progresistas y de izquierdas. Entonces, si quiere acordar con Elkarrekin tiene que moverse a la izquierda. Es lo que vemos claro.
A la vista del proyecto que ya ha presentado el ejecutivo, ¿sus propuestas pueden tener encaje ahí?
Hay cuestiones que para nosotros son fundamentales. Una de ellas es incentivar el alquiler y al mismo tiempo eliminar el incentivo a la compra de vivienda. Aquí estamos solos, porque ni EH Bildu ni el PP van a apoyar esto. Esto va a ser un obstáculo, pero habrá que hablarlo. El siguiente obstáculo es el incentivo fiscal que quieren impulsar a las EPSV, que nos parece un error. También somos el único espacio de los tres que tiene claro que hay que eliminar los incentivos a los planes privados de pensiones. Después, hay discrepancias múltiples en lo que son los tipos tanto para el IRPF, donde apoyamos que las rentas altas incrementen su aportación y la disminuyan las bajas, como para Sociedades y Patrimonio, donde abogamos por que aumenten para los grandes beneficios y fortunas.
Atendiendo a las circunstancias, ¿se avecina una oposición dura al gobierno por parte de Elkarrekin?
Más que dura, diría que exigente y con las cosas claras. Estamos para dialogar y tenemos voluntad de llegar a acuerdos, pero tampoco estamos para hacer concesiones. Entiendo que nuestro espacio es ahora mismo el más exigente de los tres en materia fiscal y presupuestaria. Esto nos coloca en una posición más difícil, y entendemos que esa posición de centro que ocupa el resto les facilita la salida en muchos aspectos. El gobierno está cómodo con el PP y EH Bildu porque se lo están poniendo muy fácil, pero entendemos que no es lo que necesita Álava en estos momentos.
“Nuestro espacio es ahora el más exigente en materia fiscal y presupuestaria. Esto nos coloca en una posición más difícil”
¿Cuál es su balance del casi año y medio que va de legislatura?
A nivel general, desde Elkarrekin hemos hecho un esfuerzo enorme en este año y medio, con una voluntad de diálogo permanente y una gran cantidad de iniciativas y mociones necesarias presentadas. Pero al mismo tiempo, vemos una falta de decisión a la hora de convertir Álava en lo que puede ser: un modelo de territorio ejemplar a nivel social, de justicia fiscal o en los ámbitos de la vivienda o de la cooperación al desarrollo. Estamos estancados, en unas políticas conformistas, cómodas para ese centro-derecha que nos gobierna. Álava no debería conformarse sino ser un territorio modelo en la Europa del siglo XXI. Por ese lado no estamos contentos.
A las puertas ya de 2025, ¿qué le pide a este nuevo año?
A 2025 le pediría avances en una Araba más justa, más solidaria y más ejemplar a nivel estatal y europeo. Y comprometida realmente con el medio ambiente, la ecología y nuestra biodiversidad, que es muy rica. Con una protección efectiva de nuestro sector primario de forma paralela a los avances que hay que dar en el ámbito de las energías renovables. No podemos poner los objetivos económicos y energéticos por delante de la protección de nuestra biodiversidad y de nuestro sector rural. Creemos que hay que hacerlo de una forma equilibrada.