El campo alavés, tradicionalmente patatero, remolachero, uvero y cerealista, ha experimentado cambios de calado a lo largo del presente siglo XXI, hasta el punto de que los dos primeros apelativos de ese listado prácticamente han pasado a ser ya parte de la historia. 

La presencia de ambos tubérculos sigue siendo una realidad en el territorio, pero la patata y la remolacha han perdido el importante peso relativo que tuvieron hasta hace apenas una década por factores como los pírricos precios que progresivamente se han ido pagando a los agricultores, la consecuente baja rentabilidad y el duro trabajo que requiere sus cultivos.

Registros más llamativos

Mirando diez años más atrás, los registros son, si cabe, más llamativos. Con todo, el segundo sigue siendo el producto del campo de Álava que ofrece, de largo, el mayor rendimiento, así llamado el volumen de kilos cosechados por hectárea.

Más que duplica a la propia patata y al maíz forrajero o la alfalfa, que siguen a la remolacha en esta clasificación.  

Remolacha. Archivo DNA

El trigo, pese a que ha descendido con el tiempo también en superficie y producción, lidera a día de hoy con holgura ambos ranking, por delante de la uva transformada, que sí se ha venido manteniendo en cifras estables a lo largo de los últimos 20 años. 

Así se desprende de los datos del anterior Departamento vasco de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, cuya última actualización data del ejercicio 2023.

Cereales

Los cereales encabezan, de largo, la superficie cultivada en la provincia, con 19.324 hectáreas en el caso del trigo, 12.857 en el de la cebada y 5.739 en el de la avena.

A una distancia ya considerable se sitúan tanto el centeno –318 hectáreas de cultivo– como el maíz –4–, dos productos que han experimentado tendencias opuestas desde 2005, el primero con registros disponibles.

La superficie dedicada a los cereales y la producción de los cinco tipos predominantes han caído un 15,7% y un 11,9%, respectivamente, en 18 años

Sumaban entonces, respectivamente, 81 y 485 hectáreas, lo que da cuenta de que el maíz ha pasado a ser un cultivo casi residual. 

El trigo ha pasado en estos últimos 18 años a acaparar del 37,79% al 30,11% del total de hectáreas cultivadas en Álava, tras perder alrededor de 7.500 hectáreas.

La cebada, por el contrario, sí ha crecido en ambos aspectos, pues en 2003 acumulaba 11.993 hectáreas y el 16,86% de las hectáreas, que ahora son el 20,04% del total.

La avena, mientras tanto, ha reducido su superficie, pues ocupaba 180 hectáreas de terreno más en 2005.

En términos globales, la superficie dedicada a los cereales se ha reducido de las 45.360 hectáreas de hace 18 años a las 38.242 de hace ahora un año, lo que se traduce en un 15,7% menos.

Dentro de los importantes cambios que ha vivido el campo alavés a lo largo de los años recientes, el crecimiento experimentado por la agricultura ecológica constituye también una realidad a destacar en este ámbito, pese a que el territorio tiene todavía un largo camino por delante para amoldarse a los retos establecidos por el Pacto Verde Europeo. Álava rompió el pasado ejercicio 2023 su techo histórico hasta casi alcanzar las 6.000 hectáreas de producción ecológica, llegando concretamente hasta las 5.933. Fueron, según los datos en poder de la Diputación, 1.329 hectáreas más que en 2022, lo que supuso un aumento del 28%. Una tendencia al alza que viene dibujándose al menos desde el año 2015. Entre este ejercicio y 2022 la superficie de producción ecológica creció en el territorio un 288%, siempre atendiendo a los datos del área foral de Agricultura. Con los registros actuales en la mano, Álava aglutina más de la mitad de la superficie de producción ecológica certificada en Euskadi, el 55,1% del total. El territorio contaba el año pasado con 235 explotaciones inscritas en ecológico, 16 más que justo un año antes. Los cultivos de mayor índice de inscripción son, por un lado, los pastos, las praderas, los forrajes y las proteaginosas, cuyo principal cultivo es el guisante, con alrededor de 4.000 hectáreas de superficie. Y en segundo lugar la vid, que a lo largo de los últimos tiempos ha experimentado también unos crecimientos muy destacables y cuenta a día de hoy con 1.368 hectáreas en el conjunto de la provincia. Una cifra que supone casi el 10% de la superficie total que hay en la comarca de Rioja Alavesa. Estos dos grupos de cultivos han sido, precisamente, los que mayor crecimiento han protagonizado en el territorio a lo largo de los años recientes al hablar de la producción ecológica. Nada menos que un 547% y un 249%, respectivamente, desde el ejercicio 2015. Con todo, los incrementos más sustanciales los han experimentado ya más recientemente el olivar, con un 163% más de producción ecológica en el conjunto de Álava, así como las legumbres y los cereales, que también crecieron respectivamente un 127% y un 118% de 2022 a 2023. 

Hablando de producción, el trigo se apuntó el año pasado 106.392 toneladas en Álava, la cebada 70.713, la avena de 27.547, el centeno de 1.749 y el maíz, apenas once.

18 años atrás fueron, respectivamente, 145.162 toneladas, 57.566, 29.595, 324 y 1.291. En cifras totales, la producción de cereal ha caído en estas casi dos décadas un 11,9%, de 233.938 toneladas a 206.312.

El segundo puesto

El segundo lugar en el ranking tanto de superficie total cultivada como de producción lo ocupa la uva transformada, que acapara un total de 13.772 hectáreas de terreno –por las 13.503 de hace 18 años– y dejó un saldo de 98.357 toneladas producidas el pasado 2023, por las 90.726 del ejercicio 2015. En vino, 673.291 toneladas.

La remolacha azucarera se situó el año pasado en el tercer puesto en cuanto a producción, con 78.948 toneladas en las 918 hectáreas que ocupó el cultivo en el conjunto del territorio. 18 años atrás habían sido 225.000 en 2.803, respectivamente, cifras que hablan por sí solas.

Como ya se ha dicho, su rendimiento sigue siendo el más elevado de todos los productos que salen del campo alavés, de 86.000 kilos por hectárea, por encima de la patata –38.382–, el maíz forrajero –35.963– y la alfalfa, que tiene un rendimiento de 32.034 Kg./Ha.

Patatas cultivadas en Álava. Jorge Muñoz

La patata, quinta

El quinto puesto en producción lo ocupa la patata, por detrás de la cebada. El año pasado se recogieron en Álava 43.257 toneladas en las 1.177 hectáreas de terreno dedicadas a este cultivo. El descenso desde 2005 también ha sido reseñable: entonces hubo una producción de 70.228 toneladas en 2.369 hectáreas. 

En los escalones inmediatamente inferiores se ubican los diferentes forrajes cultivados en el territorio, cuyo orden de importancia ha ido variando con el paso de los años.

El ranking lo lidera ahora la veza, con 40.304 toneladas producidas el año pasado por las apenas 5.546 de 2005, seguida por la alfalfa –justo por detrás de la avena–, de la que el año pasado se recogieron 26.300 toneladas, por las 29.595 de hace 18 ejercicios. Después se sitúa el maíz forrajero, cuya producción se ha reducido casi a la mitad –22.225 toneladas– desde 2005 –cuando se recogieron 42.691–.

En los puestos siguientes aparecen el girasol –9.128 toneladas cosechadas en 2023–, la colza –4.809–, la lechuga –2.100–, el tomate –justo detrás del centeno, con 1.200–, el puerro –1.100, las judías verdes –940–, la manzana –640–, el pimiento –500–, la pera –70–, el kiwi –52–, el nogal –15– y el ya citado maíz –11–.