Arrancan la mañana en la Albufera. Tienen que rastrear y buscar víctimas en el agua durante horas. Aitor y otros tres compañeros llegaron el jueves de Nanclares hasta Valencia. Bomberos de Álava voluntarios que llevan días limpiando garajes y aceras, inspeccionando edificios, y rastreando en búsqueda de víctimas…
12 o 14 horas al día. Depende de la tarea asignada porque la tragedia, la destrucción y la devastación es de tal magnitud que cada día van cambiando las prioridades y les van asignando zonas donde ayudar.
Este sábado llega el tercer relevo desde Álava. Ocho bomberos que ocuparán el sitio de otros ocho compañeros que vuelven en autobús a Vitoria. Porque aquí los parques siguen activos, hay emergencias y tienen que seguir trabajando en las UCEIS de Álava.
“Los vecinos necesitan hablar y contar lo que les ha pasado”
Aitor ha pasado todo el viernes en la Albufera, dentro del agua buscando y rastreando en búsqueda de víctimas arrastradas por la DANA que desbordó el famoso barranco del Poyo.
“Nos cuentan qué pasó ese martes, lo que estaban haciendo, que no llovía, que el agua llegó de repente y no sabían que hacer”
Este sábado, desde que les despiertan a las seis de la mañana, vuelven a las tareas de búsqueda. Además de que los bomberos siguen achicando agua de garajes y limpiando aceras. Siempre al lado de los propios vecinos.
“Los vecinos necesitan hablar. Mientras limpiamos un garaje, nos cuentan qué pasó ese martes, lo que estaban haciendo, que no llovía, no caía ni una gota, que el agua llegó de repente y no sabían que hacer”.
“La catástrofe ecológica es de tal dimensión que necesitarán años para recuperar la zona”
Aitor explica también el desastre medioambiental que se están encontrando estos días tan duros. Y es que a las pérdidas humanas y a los pueblos de Valencia devastados donde han desaparecido cientos de casas, miles de coches y comercios, se une “la catástrofe ecológica qie tardará años en recuperarse”.
Este bombero de Álava comprueba estos días ese desastre medioambiental en la Albufera, con “un montón de bidones de gasolina en el agua, medicinas y contaminación que llegan hasta los cultivos arrasados y todo perdido,... la dimensión es inimaginable, hay trabajo para muchos años”.