El Ayuntamiento de Amurrio ha dado cuenta este verano de la aprobación definitiva del Plan de Acción en materia de contaminación acústica que aplicará en el próximo lustro, una vez actualizado el mapa de ruido que, para evaluar los niveles sonoros que afectan a su territorio, aprobó por vez primera en 2016. Se trata de una herramienta, obligatoria en Euskadi para todos los Ayuntamientos con más de 10.000 habitantes, que debe revisarse cada cinco años, a lo sumo. En este sentido, Amurrio inició la actualización en 2021, aunque no ha sido hasta principios de este año, tras someterse a información pública el nuevo documento para la correspondiente presentación de alegaciones por parte de la población, cuando se ha podido dar luz verde a la misma.
Áreas sensibles
El nuevo documento analiza el suelo expuesto, en especial el suelo urbano y apto para urbanizar, que contempla el nuevo PGOU aprobado en junio de 2022, recogiendo las estadísticas para cada foco de ruido y para los cuatro indicadores (día, tarde, noche, 24 horas) en relación con las distintas zonas acústicas, definiendo las medidas a observar para prevenir y reducir la contaminación acústica. Con todo, el nuevo planeamiento general prevé exigir, en su caso, el estudio de alternativas de diseño a realizar para las áreas sensibles (diferentes localizaciones y disposiciones de las diferentes parcelas edificatorias y de la orientación de los usos con respecto a los focos emisores acústicos) como paso previo a la aprobación de la ordenación pormenorizada del planeamiento municipal que sea aplicable.
Tráfico rodado
Tanto el nuevo mapa de ruidos como el plan de acción están disponibles para consulta en el apartado de Medio Ambiente y Cambio Climático de la web municipal (https://labur.eus/Ptz9I). En líneas generales se puede decir que las diversas actuaciones para disminuir los efectos de la contaminación acústica que, desde 2016, ha estado aplicando el Ayuntamiento de Amurrio, haciendo especial hincapié en todo lo que engloba al tráfico rodado, han tenido su recompensa, pues los niveles de ruido que soporta la población se han visto reducidos en la práctica totalidad de los rangos. En concreto, se han peatonalizado varias calles del centro urbano, mejorado el tipo de pavimento de varias vías o efectuado actuaciones para el templado del tráfico rodado, como la implantación de pasos sobre elevados y otros dispositivos, entre otras mejoras de la movilidad urbana y de la accesibilidad; así como fomentado el uso de medios de transporte alternativos, con la implantación de la red de bidegorri (carril-bici), que aún se encuentra en desarrollo.
Niveles a la baja
Gracias a ello, la población que soporta niveles de ruido, durante el día, de menos de 55 decibelios ha pasado de un 55,88% a un 75%, con cifras muy similares en la franja vespertina. Mientras, a la noche el índice se reduce a menos de 50 decibelios para un 78% de los habitantes, frente al 71,57% registrado en 2015. Aún así, en el cómputo global de una jornada todavía hay un 33,98% de población que sufre niveles superiores a los 55 decibelios (en 2015 era un 53,92%), y un 2,91% por encima de los 65 (antes 5,88%).
Entrando en un mayor nivel de detalle, durante el periodo diurno el porcentaje de población afectada en 2015 por más de 65 decibelios era del 2,9% y, cinco años después, con el nuevo método de cálculo europeo CNOSSOS, esta cifra se ha visto reducida al 0,97%. Algo parecido ocurre en el periodo tarde, donde el porcentaje de población afectada por más de 65 decibelios ha pasado en el último lustro del 1,96% al 0,97%. Asimismo, para el periodo noche, se repite la misma tendencia que para los indicadores día y tarde. El porcentaje de población expuesta a más de 55 decibelios era en 2015 de 8,82% y, en la última medición, se ha reducido hasta el 6,8%.
La OMS
La Comisión Europea revela que el ruido generado por los medios de transporte (tráfico rodado y ferrocarril) y por las actividades industriales es uno de los principales problemas a nivel del continente. Según la Organización Mundial de la Salud, el 20% de los europeos están expuestos a niveles sonoros de más de 65 decibelios durante el día, y un 30% sufren niveles superiores a los 55 durante la noche, cuando el nivel máximo de ruido ambiente nocturno recomendado para que el sueño sea reparador no debe exceder los 30. Por el día se considera un nivel de contaminación acústica aceptable no superar los 65 decibelios. El ruido se vuelve dañino si supera los 75 decibelios y doloroso a partir de los 120.
Para buscar solución a este problema, la reglamentación comunitaria desde hace ya tiempo se ha centrado en regular las emisiones sonoras de las fuentes de ruido, y ejemplo de ello son las diferentes Directivas que regulan las emisiones de vehículos, motocicletas, aeronaves, maquinaria de uso exterior o aparatos domésticos. Y es que el ruido ambiental, considerado como un agente contaminante de primer orden, puede afectar a nuestro descanso, dificulta la concentración en el entorno laboral o en los estudios, y entorpece la comunicación humana. Así las cosas, solo queda que una vez puestos sobre la mesa los índices de contaminación acústica en Amurrio se sigan articulando actuaciones encaminadas a ponerla freno.
Objetivos
De hecho, ese es el objetivo del nuevo plan de acción contra el ruido, buscando mejorar la calidad de vida de la población y respetando en todo momento la legislación vigente. De igual forma, se quiere afrontar de manera global actuaciones concernientes a la contaminación acústica que permitan gestionar de un modo integral la problemática del ruido urbano, e identificar las actuaciones más prioritarias, de forma que se establezcan las medidas preventivas y correctivas oportunas en caso de incumplirse los objetivos de calidad acústica.
Otra pata importante es articular medidas de protección a las zonas tranquilas contra el aumento de la contaminación acústica y, para alcanzar estas metas, en los Planes de Acción se proponen diversas actuaciones y medidas orientadas a la consecución de una serie de objetivos estratégicos. Entre éstos destaca la integración de las políticas de desarrollo urbano y territorial con las de movilidad, de modo que se minimicen los desplazamientos y se garantice la accesibilidad a las viviendas, centros de trabajo, lúdicos, comerciales y educativos con el menor impacto acústico posible; así como promover la mejora de la calidad de los equipamientos y las infraestructuras, y establecer actuaciones administrativas de control y gestión necesarias para garantizar el cumplimiento de lo establecido en las normativas y en la legislación ambiental. Con todo, “los Planes de Acción en materia de contaminación acústica son un proyecto de todo el municipio, que el Ayuntamiento impulsa y lidera, pero poder alcanzar los objetivos que se formulan en él depende de aportaciones individuales y colectivas de todo el entramado de la ciudad, porque la lucha contra el ruido es tarea de todos”, apostillan desde la empresa Audiotec, elaboradora del estudio.