El momento de regreso al ajetreo cotidiano no suele ser plato de buen gusto para nadie, pero no hay alternativa posible. Con esta sensación agridulce han amanecido este Lunes de Pascua los alaveses y las alavesas que han aprovechado esta Semana Santa para tomarse un respiro vacacional fuera del territorio y que, ahora, no les queda mayor remedio que retomar el camino de vuelta a casa.
Como cada año, en el primer día del mes de abril, la operación retorno de la Semana Santa se hace notar en las carreteras alavesas. Pues no es nada nuevo que en ellas se concentren colas kilométricas de vehículos así como atascos de duración desconocida, muchos de ellos prolongados en un largo tiempo; lo que normalmente acrecenta la desesperación entre conductores y conductoras.
En este marco, la mañana ha transcurrido con total normalidad en la red viaria de Álava, aunque con especial vigilancia en el nudo de Armiñón, que conecta la A-1 y la AP-1, puesto que se trata de uno de los “puntos conflictivos” con mayores escenas de atascos en operaciones de salida y retorno, especialmente en los picos de circulación; como bien son la Semana Santa y verano.
Ante ello, el portavoz de la Ertzaintza, David Villa, ya anunciaba el pasado miércoles 27 de marzo, desde el Área de Servicio de Lopidana, a modo de prevención, una serie de medidas especiales tomadas en un intento de minimizar las afecciones al tráfico en los puntos con mayor flujo de circulación, entre los que se encontraba la confluencia de estas dos carreteras alavesas en el nudo de Armiñón.
“La liberalización del tramo Burgos-Armiñón de la AP-1 supuso un importante incremento del flujo de vehículos que transitan por la AP-1”, resaltaban desde el Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco.
Medidas especiales
Por ello, en ese “embudo” del territorio alavés, se ha habilitado un dispositivo de señalización y la instalación de conos que pudiese permitir un acceso ininterrumpido a los turismos provenientes de la AP-1 que se incorporaban hacia la A-1 sentido Vitoria, a una velocidad de 80 kilómetros por hora y sin necesidad de parar para ceder el paso. Una medida que se adoptó en coordinación con la Ertzaintza, la Diputación Foral de Álava y el Cuerpo de Miñones.
Asimismo, en la jornada de hoy no ha sido la única en la que se han aplicado medidas especiales. En plena operación salida, que transcurrió de la tarde del miércoles 27 de marzo a la mañana de del Jueves santo 28, Tráfico, ante situaciones de atasco en la A-1, recomendó el uso de la vía alternativa de la N-1 entre La Puebla de Arganzón y el enlace entre A-1 y AP- en Armiñón.
Por otro lado, cabe mencionar que en el plano general de la red viaria vasca, cerca de 200 agentes de la Ertzaintza han realizado tareas de vigilancia y control de tráfico para mantener una circulación fluida.
Ampliación del nudo
Las obras para la ampliación de este punto de congestión de tráfico parecen haber dado sus primeros pasos. Tal y como dio a conocer DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA a principios de marzo, la Diputación Foral de Álava va a invertir casi cinco millones de euros en la primera fase de ampliación del nudo de Armiñón con el objetivo de aumentar de uno a dos carriles la conexión entre la autovía A-1 y la autopista AP-1 en sentido Burgos-Madrid.
Una medida que dará solución a las retenciones que se generan ahora en dicho punto en picos de circulación, sobre en todo en Semana Santa y verano. En este sentido, el plazo de ejecución será de once meses y tal como anunció el Consejo de Gobierno Foral, comenzarán esta primavera. Por lo tanto, la nueva bifurcación entraría en servicio a principios de 2025.
Asimismo, la ampliación de este nudo contará con una segunda fase para aumentar de dos a tres carriles la confluencia de la AP-1 y A-1 en sentido Vitoria. Su licitación será, previsiblemente, a finales de este año con la intención ejecutar las obras entre 2025 y 2026. En total, la ampliación supondrá un coste de 16 millones de euros, financiado por el Gobierno central.