Veinticinco ediciones no se cumplen todos los días, y menos cuando se trata de una exposición surgida del esfuerzo de un museo privado. El taller museo Santxotena de Artziniega, con motivo de este puente, ha reforzado sus días y horarios de visita para que el público tenga más opciones de disfrutar de su ya famosa muestra de belenes del mundo.

Y es que, aunque permanecerá abierta hasta el próximo 14 de enero, no solo se podrá ver los sábados, de 11.00 a 14.00 horas y de 16.00 a 19.00 horas; y los domingos, en el mismo horario matinal, sino también este miércoles, jueves y viernes, tanto a la mañana como a la tarde.

“Esta edición es muy importante para nosotros, hemos llegado al 25 aniversario de esta exposición en la cual nos habéis acompañado siempre en este largo recorrido y fruto de todo ello nos conocen a escala nacional y, además, la catalogan a nivel de Europa”, explica la comisaria del espacio, Teresa Lafragua, que estuvo acompañada en la inauguración del pasado 24 de noviembre por el escultor Xabier Santxotena, y los alcaldes de Artziniega, Joseba Vivanco, y el de Salinas de Añana, Juan Carlos Medina.

La presencia de este último se debió a que el belén estrella de esta edición es, precisamente, un montaje de 16 piezas de barro –surgidas de las manos de la maestra alfarera Vicenta Hernández, de la localidad salmantina de Cespedosa de Tormes (artífice de muchos de los belenes exclusivos de la colección Lafragua-Santxotena, que ya supera los 2.500 nacimientos)– que homenajean a una de las fábricas de sal más antiguas del mundo, con sus más de 6.500 años de historia, y uno de los paisajes culturales más espectaculares y mejor conservados de Europa: el del Valle Salado de Añana que, desde noviembre de 2017, cuenta con el título de Patrimonio Agrícola Mundial, al igual que, por ejemplo, los arrozales de China o los cultivos de azafrán de Kashmir.

Detalles e investigación

Quien conoce esta muestra ya sabe que no es una exposición de belenes al uso sino que se trata de toda una master class de antropología internacional a través del belén y, en este sentido, el montaje dedicado a Salinas de Añana muestra todo el proceso de como hacían la sal, haya por la época de los 40 los salineros; o mejor dicho, salineras, ya que todas las piezas “a excepción del San José y el Niño, son mujeres”, subraya Lafragua, que siempre que tiene ocasión aprovecha sus exposiciones para visibilizar el tantas veces denostado y ocultado trabajo femenino de todos los tiempos.

“Hay mucha investigación detrás. Me enteré de lo esclavizado que era esta profesión y he querido homenajear a estas fuertes y valientes mujeres, como ya hicimos con las mineras. El Ayuntamiento de Salinas nos ha dado la sal que aparece en el montaje, y el alcalde ha salido emocionado porque es la primera vez que alguien rinde tributo a las salineras y hasta él mismo se ha visto reflejado, porque de niño acompañaba a su madre”, apunta Lafragua, que para encargar los detalles de cada pieza llegó a hablar hasta con una mujer de 89 años que empezó a trabajar en estas salinas allá por 1949, con tan solo 14 años.

“Debía ser la edad habitual de inicio y ejercían un trabajo realmente duro, en el que daba igual la hora y en el que acarreaban en la cabeza media fanega de sal, ¡o sea, 22 kilos!, para trasladarla hasta los almacenes de la zona alta del manantial, y lo hacían una media de 20 veces al día y en alpargatas, algo que pedí a Vicenta que se apreciara en las piezas, y así lo ha hecho”, resume.

Así no es de extrañar que desde el taller museo Santxotena hayan querido dar realce a este montaje colocándole en la planta de entrada al espacio. “Es de lo primero que se encuentra el visitante al llegar, junto a una representación de la trayectoria de estos 25 años de la propia exposición, pues este año hemos cambiado la organización para incidir en el rasgo más diferencial y distintivo de nuestra colección: el de transmitir la antropología y etnografía de los pueblos del mundo, a través de montajes belenísticos de los cinco continentes”, aclara.

Referente nacional

Se trata de una muestra de referencia a nivel nacional, por invitar a sus visitantes a descubrir la creatividad y multiplicidad cultural del mundo. “A través de los belenes se enseña el patrimonio cultural material e inmaterial de la región o país en los que están realizados, su identidad colectiva, su indumentaria tradicional, costumbres, oficios, arquitecturas y paisajes, haciendo única esta exposición de belenes en su planteamiento expositivo”, aporta Lafragua.

Así, junto al homenaje a las salineras de Añana, se encuentran áreas de belenes unificados por el material en el que están elaborados (alfarería, cerámica, hierro y metal, madera o vidrio, entre otros).

Tampoco falta la sección de belenes muy diferenciadores por tratarse de encargos, como siempre, a alfareros, ceramistas y artesanos de muy diversas procedencias, con el objetivo de ensalzar su ancestral profesión; ni los adquiridos a muy diversas ONGs y asociaciones de discapacitados o de mujeres maltratadas, incluso de África, ya que “con la venta de estas piezas financian su labor y nosotros, de paso, les visibilizamos y hacemos crítica social en muy diversas materias como las guerras, las pateras o las violaciones”, enumera.

En esta misma planta también han hecho hueco a su famoso belén provenzal y al pino plagado de belenes en miniatura en cáscaras de pistacho, nueces o avellanas. Mientras que a la superior han llevado la sección de piezas belenísticas más tradicionales, desde el siglo XIX, y en la que no faltan marcas de prestigio como Olot, Murciano, Serrano u Ortigas; junto a su impactante Napolitano o los stand de países como Rusia, Portugal, Polinesia, Caribe, Perú, Ecuador, Colombia, México y África, y los de Comunidades del Estado tales como Castilla León, Cantabria, Galicia o Valencia, por citar alguna, con espaldas pintadas a mano por la propia Lafragua, y que engloban piezas tan curiosas como un Don Quijote de la Mancha convertido en San José, los reyes magos embutidos en capirotes de las procesiones de Sevilla, o un niño Jesús metido en un kaiku, en cuya comitiva aparecen desde una sardinera y un arrantzale, hasta un pelotari o un ezpatadantzari.

130 novedades

Con todo, en la muestra de este año solo ha instalado 2.023 de sus más de 2.500 belenes, de los que 130 son novedades, ya que les han vuelto a invitar a exponer en Galicia. “El año pasado fue la Diputación de A Coruña, a raíz de la visita anual que hacemos cada agosto a la feria de alfarería de Oleiros, y esta vez ha sido el Ayuntamiento de Carballo, por lo que hasta el fin de semana de Reyes estaremos en su Museo de Bergantiños con piezas de los cinco continentes. Estamos muy contentos de que se nos valore fuera de nuestro territorio”, asevera Lafragua que, entre las novedades presentes en la exposición de Artziniega, destaca el montaje encargado a una alfarera de Zamora, en el que la Virgen es una menina, y San José el pintor Velázquez, portando en una mano al Niño y, en la otra, su paleta de pintura; un abstracto llegado de Cataluña, u otro realizado en uñas postizas “por el hijo de la salmantina Vicenta Hernández, que es de lo más original. En esa familia son todos unos artistas”, concluye, no sin antes dar de nuevo las gracias al escultor Esteban Querexeta de Oñati, que cada año les regala piezas plagadas de curiosidades.

“Pensábamos que ya no podía sorprendernos y lo ha vuelto a hacer con otros 16 belenes realizados con cerillas, peonzas, papel, cobre… de los que uno he metido en una maleta de viaje que es el estudio de Picasso, pero el de las sillas es impresionante”, matiza.

Asimismo, Lafragua quiere hacer público su agradecimiento al vecino Álvaro Iturraspe, archiconocido en Artziniega por su labor en el club ciclista local y la organización de la marcha Karpy, “pues nos ha regalado un belén que ha creado con elementos de bicicletas antiguas”, resalta. Además, la exposición de este año, que cuenta con el patrocinio del Ayuntamiento local y el del departamento foral de Turismo, ha visto reforzar su señalética, en un intento de facilitar a los visitantes el encontrar la entrada de acceso al centro expositivo donde, como siempre, el colectivo infantil dispondrá de un pupitre antiguo para que pinten su belén. “Les damos una plantilla y además es recortable para que se lo lleven de recuerdo”, apostilla. Para visitar la exposición hay tiempo, ya que permanecerá a disposición del público hasta el próximo 14 de enero. Para grupos que quieran acudir fuera de los horarios indicados, el espacio admite reservas llamando al número de teléfono 605 717 857.