Cuando con 16 años Valentín Betolaza tomó parte en la Tamborrada por primera vez, jamás pensó que en un futuro tendría una familia y que todas las personas que la integrarían participarían con él en ese evento. Tampoco se le pasó por la cabeza que su hija, con quien comparte afición por la música y con la que ha bailado el Vals en la Plaza de la Provincia durante muchos años cuando se toca la pieza, sería Tambor Mayor. Pero han pasado los años, ahora tiene 63 y todas esas cosas que no imaginaba han pasado.

El padre de Valentín estaba en la Sociedad Gastronómica Anaiak, pero nunca había salido en la Tamborrada gasteiztarra, así que él fue el primero en salir y, aunque algún año ha faltado por obligaciones laborales, lo cierto es que estas ocasiones han sido más bien escasas. Desde el principio fue cocinero con tambor de madera, hoy sigue siéndolo y, con el paso de los años, ha ido inculcando su pasión, eso que a él le engancha y no sabe explicar, en su casa.

Leire y Borja, pese a llevarse tres años, entraron juntos en la Tamborrada infantil. Leire comenzó como casera de la Llanada y Borja de cocinero llevando unos tenedores de madera junto con su atuendo de cocinero. Acabado este periodo llegó el momento de seguir en la general. Leire estuvo durante trece años de majorette y luego fue cantinera y aguadora. Borja se tomó un respiro, pero acabó retomando su vestimenta de cocinero y tomó el tambor de madera.

Leire Betolaza y su familia en la plaza de la Provincia Pilar Barco

Durante todo este tiempo siempre hubo una espectadora fiel, Lourdes Montoya, la madre de la familia. Cada 27 de abril ha tenido nervios hasta que ha comprobado que todo estaba perfecto, ha asistido a las preguntas de los otros tres miembros de la casa sobre dónde estaba esto o aquello antes de salir, ha acompañado a la comitiva de la Tamborrada por las calles de Gasteiz y frente la escalinata de la Diputación y lo ha visto por la televisión cuando sus hijos eran pequeños o el tiempo no acompañaba mucho. A finales de 2019, cuando su hija fue elegida para ser Tambor Mayor, ella decidió dar un paso al frente y dejar de ver el evento desde la barrera: había llegado el momento de tomar parte. Cosió la nueva vestimenta de soldado de su hija y decidió usar el de aguadora que hasta ese momento usaba ella. La pandemia hizo que sus ganas se quedasen aparcadas hasta el año pasado en el que debutó. “El resto de compañeras me conocen todas y nos llevamos muy bien”, asegura Lourdes.

Ya queda menos

La familia Betolaza-Montoya es una de las muchas que participan en la Tamborrada. Hijos que han mamado en casa esta tradición, padres y madres que acompañan a sus criaturas para que no vayan solas, incluso abuelos y nietos que comparten estos momentos. Para Valentín, Leire, Borja y Lourdes 2023 será el año de la consolidación. El debut en 2022 de Leire y su ama hizo que no fuese un año normal. Este confían en poder disfrutar con menos nervios, pero conscientes de que, hasta que no acabe, la tensión para que todo salga bien estará ahí. Los tres han acudido a los ensayos, aunque en el caso de las aguadoras sean menos que en los otros puestos y están satisfechos de cómo salen las diferentes piezas “aunque la acústica del Iradier no sea nada buena y ayude poco”, apunta Valentín, que la noche del 27 cenará con su hijo Borja en la sociedad. Lourdes tomará algo con las majorettes y aguadoras antes de acudir a la sociedad que le asignen para comer algo. A las 23.30 todos se juntarán en la Torre de Anda, la torre medieval más antigua de la ciudad. Cada uno ocupará su lugar, Leire tomará el bastón de mando y en tun tun comenzará a sonar, una sintonía que forma parte del ADN de la familia Betolaza-Montoya.

Lourdes Montoya Barredo

  • Día a día. Aunque ha trabajado en un supermercado y una fábrica ahora son las tareas del hogar las que le ocupan el tiempo. Le gusta reivindicar sus orígenes y que su apellido esté presente.
  • En la Tamborrada. Siempre ha seguido este evento como espectadora pero ahora se ha decidido a tomar parte en él. Ha tomado el relevo de su hija Leire como aguadora y lleva el traje que fue de ella. Es la encargada de que todos los de la casa tengan la vestimenta a punto el día 27 para ir ataviados como corresponde para la ocasión.

Leire Betolaza

  • Día a día. Diplomada en Magisterio Musical, profesora, soprano solista de la Coral Manuel Iradier y directora de varios coros.
  • En la Tamborrada. Tomó el relevo de José Mari Bastida, ‘Txapi’ como Tambor Mayor a finales de 2019, aunque no pudo debutar hasta el año pasado. Es la primera mujer que toma el bastón de mando y aunque dice que no le gustaría superar en el cargo el tiempo que estuvo su predecesor, 19 años, tampoco piensa mucho en ello. Es la encargada de elegir el repertorio, juntos con los otros dos responsables y de marcar el ritmo.

Valentín Betolaza Fernández de Larrinoa

  • Día a día. Transportista en activo y miembro de la Coral Manuel Iradier, en donde también comparte afición con su hija Leire.
  • En la Tamborrada. Es el miembro de la familia Betolaza-Montoya que más tiempo lleva participando en la Tamborrada y ha conseguido inculcar su pasión a toda su familia más cercana. Dice que este es un evento “que engancha”, este año volverá a cenar con su hijo, pero a la ahora de tocar se colocará junto a varios amigos con los que ha labrado una amistad gracias a la Tamborrada.

Borja Betolaza Montoya

  • Día a día. Es farmacéutico y el único miembro de la familia que no convive ya en el mismo domicilio. Sus ocupaciones laborales le han hecho faltar a algún ensayo en el Iradier este año, pero se sabe todas las canciones que hay que tocar
  • En la Tamborrada. Es cocinero con tambor de madera, igual que su padre, pero a la hora de tocar se junta con un par de amigos que se han animado a participar en este evento. Aunque estuvo algunos años fuera de este acto ahora dice que le gusta vivir esta fiesta desde dentro, como hace en fiestas de Vitoria-Gasteiz cuando cambia el tambor por el atuendo de blusa.