El Gobierno Vasco ha formulado a efectos ambientales el documento de alcance del estudio de impacto ambiental del proyecto de instalación de la planta de generación eléctrica con biomasa (20 MWe), y su línea aérea de alta tensión asociada, promovida por Bioargi en Lantarón.

Se trata de un antiguo proyecto, que se trató de poner en marcha en el año 2000, pero al que la situación económica del momento paralizó y ahora se reactiva a causa de otra crisis, la energética, y la necesidad de diversificar y acometer proyectos para lograr el autoabastecimiento.

De esta manera, ahora se ha elaborado en el Departamento de Desarrollo Económico la Resolución del director de Calidad Ambiental y Economía Circular en el que se detalla el estudio de impacto ambiental del proyecto. Según el documento, el objetivo es instalar una planta de generación eléctrica a partir de biomasa con una potencia eléctrica de 19,90 MWe y potencia térmica nominal de 52,89 MWe en el polígono industrial de Lantarón. Adicionalmente, para la exportación de la energía producida, dicho proyecto incluye la construcción de una línea eléctrica aérea con potencia de 132 kV y una longitud de 5.932 metros.

Casi 65.000 metros cuadrados

La parcela en la que se situarán las instalaciones de generación eléctrica propuestas cuenta con una superficie aproximada de 64.850 metros cuadrados. Se trata de una parcela de suelo urbano consolidado de uso para actividades económicas, ubicada entre los pabellones industriales del polígono.

La generación eléctrica se realizará a partir de la combustión de biomasa, principalmente de residuo forestal, con posibilidad de completar con restos agrícolas. El ámbito dispondrá de zonas diferenciadas que permitan la recepción, separación y almacenamiento del combustible, así como las instalaciones para su combustión y la generación de vapor sobrecalentado a alta presión, que, a través del alternador, generará la electricidad necesaria para el funcionamiento de la planta y el vertido a la red. Adicionalmente, la planta contará con las instalaciones necesarias para el acondicionamiento de los gases calientes producidos, previa a su emisión a la atmósfera, así como para el almacenamiento y posterior transporte de las escorias y cenizas volantes generadas durante el proceso. La previsión es que las instalaciones estarán en funcionamiento durante 8.000 horas al año, consumiéndose 151.000 toneladas de biomasa al año.

Evacuación

Finalmente, la energía eléctrica generada será transportada mediante una nueva línea eléctrica de alta tensión, cuyo trazado discurrirá en aéreo y que partirá desde el extremo sureste de la instalación, en la calle Río Ebro, dirigiéndose a lo largo de la misma hacia el norte, hasta atravesar la carretera A-2122. Posteriormente se dirigirá hacia el noroeste por terrenos rurales, fundamentalmente de manera rectilínea, hasta la subestación eléctrica existente en Puentelarrá. Dicha línea constará de una longitud total de 5.932 metros, con 20 apoyos, que supondrán, en conjunto, una ocupación aproximada de 500 metros cuadrados. La línea adoptará las medidas antielectrocución y anticolisión para la protección de la avifauna establecidas en el Real Decreto 1432/2008, de 29 de agosto, por el que se establecen medidas para la protección de la avifauna contra la colisión y la electrocución en líneas eléctricas de alta tensión.

Actividades paralelas

El documento de inicio indica que sobre la actividad principal del proyecto (generación y transporte de energía eléctrica) se evaluarán posibles actividades paralelas orientadas a mejorar la sostenibilidad económica del proyecto. Entre ellas se barajan el aprovechamiento del calor residual del ciclo térmico para calefacción urbana; la instalación de captura, almacenamiento y purificación de dióxido de carbono extraído del proceso productivo, para su uso en la industria alimentaria, química o cultivos de invernaderos; o la puesta en marcha de una red de centros de recolección, procesado y empacado de residuos de biomasa forestal y agrícola, y digitalización de la red de limpieza de bosques y del transporte hasta planta.

Para definir la ubicación exacta de esta planta, la empresa promotora barajó, junto a las administraciones, varias alternativas. Una era construirla en Lantarón, otra valoró la construcción de una planta de características similares en Miranda de Ebro, que se rechazó por su mayor distancia a la subestación de Puentelarrá, lo que requeriría una línea aérea de mayores dimensiones para evacuar la energía eléctrica producida. Finalmente, como alternativa 3 se analizó otra posible ubicación para la implantación del proyecto, en el municipio de Errigoiti (Bizkaia). De acuerdo con la documentación presentada, esta última alternativa se descarta porque los trámites administrativos requeridos y el desarrollo de la urbanización para adecuar la parcela al uso propuesto dilatarían mucho en el tiempo la puesta en marcha de la instalación (varios años).

Lantarón, opción ganadora

Para la decisión de Lantarón se tuvieron en cuenta varias características. La primera es que la parcela del polígono industrial se ubica a cota aproximada de 467 metros sobre el nivel del mar y es de orografía fundamentalmente llana. El área objeto del proyecto se sitúa en la Unidad Hidrológica del Ebro, a aproximadamente 300 metros del cauce, y la línea eléctrica discurrirá a cotas superiores, separada del mismo por la carretera A-2122 y terrenos agrícolas y forestales. Ningún apoyo de la línea eléctrica aérea se ubica sobre ninguno de los cursos de agua que cruza la línea, ni afecta a dominio público hidráulico, ni a zona de policía.

La vegetación potencial del ámbito prácticamente ha desaparecido. En la parcela que albergará las instalaciones para la generación de energía se identifican actualmente ejemplares aislados de coníferas y chopos, fundamentalmente en los lindes de la parcela. El área se destina en la actualidad a cultivo agrícola.

A partir de esos análisis, el documento analiza los posibles impactos por la realización de las obras, las posibilidades de la recepción de material forestal para su uso y la adecuación del territorio una vez acabada la instalación para el mantenimiento del espacio sin más impactos.