Este año la campaña del 25N está dirigida a los hombres en busca de su implicación contra el machismo. Por ello, DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA habla con varios varones de diversos sectores de la sociedad alavesa para profundizar e involucrar a la población masculina en materia de igualdad, quebrar los estereotipos de roles y avanzar en educación y sensibilización.
“Hay que prevenir las violencias machistas desde las edades más tempranas”
“Toda la sociedad y en especial las instituciones públicas debemos incorporar en nuestras políticas acciones que tengan como objetivo prevenir, atender y erradicar la violencia machista contra las mujeres en sus diferentes formas, puesto que la violencia es la manifestación más extrema de las desigualdades entre mujeres y hombres. Por ello, medidas efectivas para la igualdad y el empoderamiento de las mujeres son la vía para erradicar la violencia”.
“A su vez, es imprescindible realizar un trabajo específico dirigido a los hombres para favorecer la igualdad con programas concretos de intervención, para que éstos sean parte de las estrategias transversales a favor de la igualdad. La sensibilización y la formación es la llave para el cambio de mentalidad y de comportamiento. Urge poner los cuidados en el centro de la vida, promover la revalorización de cuidado mutuo entre las personas, especialmente de quienes son dependientes y de quienes necesitan cuidados especiales”.
“Es necesario desarrollar programas de sensibilización en igualdad y prevención de las violencias machistas desde las edades más tempranas. Es indispensable poner en marcha un programa de buenos tratos que promueva una cultura del cuidado entre los niños y las niñas. En la medida en que se desarrolle, menos habrá que deconstruir en la juventud y en la edad adulta. Cada uno de nosotros, en nuestro ámbito, estamos obligados a poner nuestro granito de arena para seguir dando pasos hacia la igualdad”.
“Los hombres debemos aprender del camino recorrido por las mujeres”
“El reto principal es acabar con la violencia machista porque es la máxima expresión de la desigualdad. Es necesario desvincular la violencia de las relaciones entre los hombres y las mujeres. La violencia machista es un fenómeno universal allá donde hay hombres y está en nuestra mano hacerle frente y combatirla. Los hombres debemos leer y aprender mucho del camino recorrido por las mujeres; ser conscientes de las terribles consecuencias generadas por la construcción de una masculinidad que perpetúa la desigualdad; reconocerlo y ceder espacios y recursos. En definitiva, aprender y caminar con quienes están construyendo otras formas de ser y actuar más igualitarias”.
“Los enunciados a favor de la igualdad tienen que ir acompañados de una práctica coherente. Desde una posición como la que ocupo, la igualdad debe atravesar cada una de mis intervenciones y reflejarse en las decisiones estratégicas que tomamos, pero también en la práctica cotidiana, interpelando las conductas y actitudes machistas que, al igual que en otros ámbitos, también se producen en política o facilitando la conciliación en los espacios de toma de decisiones, entre otros ejemplos”.
“El trabajo colaborativo entre instituciones, profesorado, familias y agentes sociales es esencial para avanzar en educación en igualdad. Hay numerosos retos que hay que poner en práctica con los pilares del pensamiento crítico ante el sexismo, el uso no sexista del lenguaje y las imágenes, la integración del saber de las mujeres y su contribución social e histórica; la prevención y actuación ante la violencia contra las mujeres o una educación afectiva y sexual en igualdad, entre otros”.
“Una empresa igualitaria obtiene mayores beneficios”
“La igualdad entre hombres y mujeres es un tema capital para las empresas alavesas. Una empresa igualitaria obtiene beneficios, se basa en la gestión de competencias, es una empresa ética, mejora su imagen y optimiza sus recursos humanos para incrementar su eficiencia y competitividad”.
“La igualdad ayuda a tener una mayor satisfacción laboral por parte de las personas que componen las empresas y, consiguientemente, también una mejora de la competitividad de las mismas. Nuestro modelo se basa en cinco ejes fundamentales: la gestión no discriminatoria de personas, la transparencia retributiva, el ejercicio corresponsable de los derechos de la vida laboral familiar y personal, el lenguaje inclusivo como herramienta de generación de igualdad y el análisis de los servicios en atención a la clientela y creación de alianzas y redes”.
“Es fundamental el ejemplo que damos a nuestro hijos”
“La educación es imprescindible. La que damos a nuestro hijos y la que reciben de las escuelas, pero, sobre todo, el ejemplo que les damos. Es básico y un aspecto fundamental para erradicar todo ese tipo de comportamientos que deberían ser ya obsoletos y de otra época”. Para el entrenador del Baskonia quedan todavía “muchas cosas por realizar” en ámbito de igualdad. Por ejemplo, a nivel laboral, “la equiparación salarial o el poder compaginar la vida familiar con el trabajo”.
“Hay muchas situaciones a mejorar en la vida diaria, pero en lo que hay que insistir mucho es en la educación de los niños”, destaca. “Buena parte de la base tiene que pasar por ahí. Los hombres nos tenemos que posicionar en contra de todas esas situaciones injustas y que se dan en los casos de machismo”.
“El deporte es idóneo para trasladar el mensaje de igualdad”
“Los hombres somos los que tenemos la mayor responsabilidad de la sociedad. Tenemos que predicar con el ejemplo, ser valientes. Que cualquier comentario que nos hace callar en determinados momentos seamos capaces de decir no. El deporte es un lugar idóneo para poder trasladar el mensaje de igualdad porque los propios valores del deporte nos llevan a eso: educar, educar y educar, pero no desde la culpabilidad”.
“La gente joven ya se está criando desde la libertad y es importante que no se vuelva al pasado, a aquellos errores que se cometían hace tiempo y que tienen que quedar en el olvido. Todos tenemos una responsabilidad para que las nuevas generaciones vean con total normalidad la igualdad entre hombres y mujeres. Soy una persona positiva y quiero creer que esto lo llegaremos a conseguir, estoy convencido”.
“Parte de los patrones machistas se transmiten en el ámbito familiar”
“Esto de la ejemplaridad nunca me ha gustado. La ejemplaridad acaba generando modelos y los modelos estereotipos. En este tema no se trata de seguir unas pautas. En el trato con las mujeres los hombres debemos comportarnos con naturalidad. Lo cual implica identificar y rechazar muchos comportamientos y consignas que nos han inculcado. Mucho me temo que una buena parte de los patrones machistas se transmiten en el ámbito familiar. Así que no solo es cuestión de las nuevas generaciones sino, quizá en mayor medida, de padres y abuelos, a menudo más correosos a la hora de revisar unos privilegios machistas que vienen asumiendo como naturales desde hace décadas”.
“El amor, la amistad y hasta la simple relación social no consisten en tener al otro sino en darle sin esperar nada a cambio. Eso conlleva cambiar las retóricas amorosas basadas en la exclusividad, en la apropiación y en los celos. La paranoia posesiva en la que se sustentan muchos sentimientos debe ser combatida, por mucho que a algunos les cueste”.
“El cambio debe ser conjunto entre hombres, mujeres y colectivos”
“La salida de la violencia machista tiene que ser colectiva; las mujeres desgastan muchas fuerzas en cada batalla judicial, en protegerse, en apoyarse, en terapia o en soportar las manipulaciones a través de las criaturas. Y todo esto no deja energía suficiente para un cambio general. Por eso, creemos que el cambio debe ser social: un trabajo conjunto con mujeres, hombres y colectivos”.
“La desigualdad de género es una de las lacras estructurales contra la que Cáritas trabaja. La podemos ver en niveles de estudios bajos, la falta de condiciones para acceder a formación, cargas familiares, cuidado de mayores y menores que hacen que muchas mujeres que se acercan a nuestros recursos se encuentren en una mayor situación de vulnerabilidad”.
“Los dos pilares claves son el respeto y la educación”
“Es muy fácil decir: ‘yo no puedo cambiar el mundo’, pero sí que podemos cambiar nuestras vidas y nuestro entorno. ¿Cómo? Por ejemplo, recriminando actitudes machistas que veamos, parando ciertos chistes que puedan herir a personas o dejando de difundir ciertos vídeos, siendo conscientes de lo que puede provocar para las mujeres esa situación”.
“Toda nuestra vida hemos estado condicionados con cosas tan simples como poner colores o marcar con pendientes a unas sí y a otras no, asignando ciertos juguetes o deportes, según el género. Hay que tener claro que hemos estado muy influenciados por nuestro entorno y, dándonos cuenta de ese problema, puede ser la clave para empezar el cambio a la hora de tratar a los demás. Sobre todo, es importante resaltar la fuerza del respeto y la educación, los dos pilares claves. Todo gira en torno a ellos y todo comienza ahí”.
“Queremos una forma de educar libre de juicios en valores, una manera de no hacer distinciones, no discriminar, de tener capacidad de hacer autocrítica y poder cuestionarnos todo lo que se nos ha ido diciendo hasta la fecha. Los hombres tenemos que ponernos en el lugar de las mujeres, el miedo o la discriminación que pueden llegar a sentir”.