a campaña de vacunación contra el covid-19 va avanzando a una velocidad cada vez mayor gracias al progresivo aumento en el flujo de vacunas que llegan a Álava, pero el proceso no ha estado -ni está- exento de problemas más allá de los contratiempos surgidos en torno a los preparados de AstraZeneca y -ahora- Janssen.
La complicada logística y manipulación de determinadas vacunas o la inmensa población diana a inmunizar, que ha hecho aflorar errores en los listados de pacientes y ha complicado las citaciones, son sólo dos de las adversidades más importantes que han ido surgiendo y que también han impactado sobre la campaña desarrollada en la dispersa zona rural alavesa.
Un proceso que la enfermera Merche Larrimbe, que tiene su hogar profesional en la zona de salud de Valles Alaveses I, no duda en calificar de "caótico" o "desastroso" en declaraciones a este periódico, a pesar de que en última instancia "todo ha salido bien" en su primera etapa, la vacunación de las personas mayores de 80 años.
Primera comarca a vacunar
Esta fue, precisamente, la primera comarca del territorio en la que se procedió a inmunizar a este grupo de población, lo que añadió más dudas al procedimiento. La zona de salud se extiende de Lantarón a Bóveda, aproximadamente, abarcando municipios como los de Añana y Valdegovía.
Precisamente en este último se desarrolló el grueso de la vacunación, en el centro social de Espejo, donde se inmunizó a 174 mayores de 80 años de toda esta extensa comarca.
La administración de la primera dosis de la vacuna, en este caso de Pfizer/BioNTech, se llevó a cabo el 11 de marzo, aunque los problemas llegaron antes. Los listados para llevar a cabo las citaciones contenían múltiples errores -vecinos sin vías de contacto o incluso que ya habían fallecido- y también se dieron casos de residentes que ya habían sido vacunados previamente en Gasteiz.
Una circunstancia que se ha repetido ahora con la citación de los vecinos de 75 a 79 años, que en principio serán vacunados el 21 de abril.
Un equipo de siete personas se encargó del operativo para la administración de las primeras dosis, incluidos tres profesionales enviados desde Vitoria y con los conocimientos necesarios para manipular y cargar las vacunas.
Sin refuerzos para la segunda dosis
Sin embargo, la OSI Araba no envió a Espejo ese equipo de refuerzo y ayuda para la administración de las segundas dosis tres semanas después, con lo que Larrimbe y sus compañeros se vieron "abandonados" por su falta de preparación para manipular y cargar una vacuna de última generación como la de Pfizer.
Uno de ellos se desplazó por su propia iniciativa hasta Vitoria para recibir la formación necesaria, con lo que pudieron "salvar" la situación.
"Nos han mandado a la guerra sin pistola y los que tenemos que poner la cara somos nosotros", denuncia Larrimbe.
La profesional denuncia también la "improvisación", la "mala coordinación" y los "bandazos" en un proceso marcado estos días por la gran rapidez con que Osakidetza quiere inmunizar a la población, lo que está derivando en un "maltrato generalizado" a los profesionales sanitarios.
"Nos han mandado a la guerra sin pistola y somos los que tenemos que poner la cara"
Merche Larrimbe. Enfermera en Valles Alaveses I