- Es indudable que la jornada de ayer fue especial. Y no por ser el 4 de agosto, sino por serlo en plena época del covid. La incidencia de la enfermedad provocó la desconvocatoria del programa festivo. Sin embargo, sí que hubo esquema oficial de actos, como la celebración de la gala de entrega de los premios Celedones de oro, habitual de los meses de otoño pero que, dadas las circunstancias, este año se adelantó al día habitual del txupinazo para compensar las suspensiones.
La Banda Municipal de Música de Gasteiz ofreció un concierto en el Teatro Principal. El evento arrancará a las ocho y media de la tarde para ensalzar las figuras de dos personas representativas de la escena local: Pilar López, de Teatro Paraíso y el actor vitoriano Txema Blasco. “Son dos de nuestros personajes más queridos, por lo que no puede haber mejor escenario que el Principal para recibir este reconocimiento a su trayectoria profesional”, subrayó en su momento la edil Estíbaliz Canto.
Se da la circunstancia de que este concierto fue la primera actuación de Luis Orduña como director de la Banda Municipal en el Teatro Principal. En él, la formación vitoriana interpretó, junto a la Academia Municipal de Folklore, un repertorio fresco y dinámico.
Sin salir de la jornada, el obispo de Gasteiz, Juan Carlos Elizalde, guió las Solemnes Vísperas en honor a la Virgen Blanca en la iglesia de San Miguel Arcángel. Sin la tradicional bajada del aldeano, la víspera del día de La Blanca acogió los oficios presididos por el prelado, rito que estuvo concelebrado por el vicario general, Carlos García Llata; y el deán de la Catedral de Santa María, Txomin Gómez, entre otros. En ese contexto, Elizalde quiso recordar a los fallecidos y sus familiares y amigos así como a los enfermos que están apareciendo en los diversos brotes en la ciudad. “Honremos a quienes se fueron extremando las medidas sanitarias y hagámoslo por el bien de todos”.