amurrio - La villa ayalesa de Amurrio volvió a conseguir ayer que el Día de la Virgen tuviera el realce que la patrona se merece, pese a coincidir con el txupinazo de la vecina Llodio. A ello no sólo contribuyó la ciudadanía amurrioarra, que ataviada con sus mejores galas salió en masa a la calle para demostrar fidelidad a sus fiestas, o una más que calurosa temperatura, sino también las importantes citas deportivas que animaron el centro urbano. Se trató, por un lado, de la disputa del LXIII gran premio de ciclismo Circuito Aiala, Memorial Daniel Albizua y puntuable para el Campeonato de Álava, al que estaban convocados ciclistas de las categorías Elite y Sub 23, y que supuso una sentida despedida del equipo Seguros Bilbao. Y, por otro, de una más que completa exhibición de deporte rural, que consistió en la eliminatoria categoría de plata del campeonato por parejas de aizkolaris Hacha de oro, que tuvieron que enfrentarse ante dieciséis troncos en cinco modalidades. El desgaste de energías era más que evidente, pese a la juventud de los contrincantes, y por ello, entre estilo y estilo, el campeón de Euskadi en levantamiento de piedra, Jokin Eizmendi, llegó desde Zarauz para demostrar su fuerza ante cuatro piedras de entre 100 y 225 kilogramos de peso.
Mientras tanto la chiquillería la gozó de lo lindo en la aledaña zona peatonal de la calle Larrinaga, que se convirtió en un puerto de mar repleto de barcas, utensilios de pesca, y un sinfín de juegos más típicos de la zona costera, que causaron sensación. Uno de los actos más simpáticos que tuvo lugar ayer en Amurrio, y no plasmado en el programa oficial de fiestas, fue sin duda el salón Pepita de oro que tres vecinos del pueblo remolcaron hasta el centro urbano, dejando a todo aquel que quisiera retratarse al más puro estilo del salvaje oeste americano chalecos, sombreros o pistolas. “Somos la sexta carroza y nos hemos adelantado a la noche de San Roque para animar la mañana de la patrona”, explicaban micrófono en mano, arrancando las risas de sus convecinos. Su reclamo fue tal que ni la representante de fiestas, Goretti Aldama de Dantza Lagunak, y su compañera de El Boli, Iratxe Pinedo, dudaron un momento en encaramarse al ingenio, ataviadas de forajidas pistoleras.
Por lo demás, la fiesta cumplió con su guión y, por consiguiente, la alcaldesa Josune Irabien también ofreció el tradicional discurso del día grande de las fiestas, acompañada de representantes municipales y forales, tales como la diputada alavesa de Servicios Sociales, Beatriz Artolazabal, que aseguró estar en la cita “porque Ayala y Amurrio son una zona importante del territorio que nos tiene que ayudar a lograr los objetivos propuestos para toda la provincia; pero, de momento, seguid disfrutando con este buen rollo de las fiestas, que son grandes porque la gente del pueblo las hace serlo”, subrayó.
Con ella estuvo de acuerdo el pregonero, Manolo Plaza Olentzero, que no quiso pasar la oportunidad de dar las gracias “por todas las muestras de cariño que me estáis dando por la calle, dejándome al borde de la lagrimilla de pura emoción”; al tiempo que animó a seguir participando de los actos, “no solo en fiestas, sino todo el año”.
Un centenar de actos Por lo que respecta a la regidora, Irabien aprovechó para destacar “la tranquilidad y buena armonía con la que están transcurriendo las fiestas”, y dar las gracias “a todas las personas que hay detrás para que todos y todas podamos disfrutar de un centenar de actos en seis días”. Para corroborar sus palabras, la alcaldesa aseguró que “ayer ya había carniceros que tenían vendidas a txosnas y bares las provisiones previstas para todas las fiestas, y con problemas de suministro. No puedo encontrar un mejor termómetro para medir lo que estamos viviendo, que eso”, espetó. Tras las intervenciones, todos los presentes fueron convidados a una copa de txakoli. Antes, la Corporación municipal, acompañada por gaiteros, trikitilaris, cabezudos y la pareja de gigantes Mariaka y Marigabon, realizaron un vistoso pasacalles que, desde el pórtico de la iglesia Santa María, donde asistieron a una misa secundada por decenas de fieles, desembocó en la plaza Juan Urrutia.
Por la tarde hubo concurso de recortadores, así como una exhibición de danzas vascas con el grupo local Aiara Dantza Taldea. El broche de oro al día de la Virgen lo puso el concierto del grupo de folk Kalakan y un Dj que pinchó grandes hits en la historia de la música, con concursos y regalos; mientras en el txosnagune actuaba el cantautor local Perdido entre ilusiones, para seguir con pruebas de “deporte extremos”.
La jornada de hoy estará dedicada al otro patrón de la villa: San Roke, en cuyas campas está previsto celebrarse el tradicional concurso de aurresku y jotas y la tradicional exposición de ganado. Para subir hasta la ermita del santo habrá servicio de transporte gratuito desde las 8.30 a las 15.00 horas. Ya a la noche tendrá lugar el desfile de carrozas que cada año protagonizan las cinco cuadrillas festivas.