gasteiz. Una planta baja luminosa, espaciosa, abierta e inspirada en el modelo pedagógico escandinavo para ser utilizada por los alumnos de Infantil y primero de Primaria es lo que ayer se encontraron los políticos en su visita al reformado colegio Ramón Bajo. Una transformación que continuará en el resto de plantas a medida que haya dinero. La empresa EBA también ha remodelado estos cuatro meses el sótano, los accesos y las salidas de emergencia, explicó el arquitecto municipal Alfredo Bengoa. Los 353.694 euros de coste están cofinanciados al 50% por la Unión Europea.

El nuevo espacio de usos múltiples, con equipamientos lúdico-educativos, está preparado para que puedan convivir alumnos de distintas edades y para el desarrollo personal y psicomotriz de los pequeños. "Se parece mucho a esos centros escandinavos en los que los niños disfrutan de un espacio seguro, cuidado, pero abierto y libre", explicó el alcalde. A falta de amueblar las salas, nada queda de la vieja distribución del Ramón Bajo en esta planta. Tanto es así que a Bengoa no le consta que haya ejemplos similares en la red pública; sí en algún centro privado de Durango y Arrasate.

Con todo, para Javier Maroto, la satisfacción de la obra impulsada por el Ayuntamiento va más allá, ya que "rompe" con la mala relación que existía con el barrio al ser un proyecto en el que se han implicado no sólo todos los partidos sino también los vecinos y la comunidad escolar. Cabe recordar que el Casco Viejo lleva años y años reclamando al Consistorio un colegio adecuado para el barrio. Y en demasiadas ocasiones su petición ha caído en saco roto.