Gasteiz. A primera vista, el cerro de Jundiz no llama especialmente la atención. Se trata de una pequeña colina con dos cimas, pelada y rodeada de industria y líneas de alta tensión. Eso es a primera vista, porque Jundiz es una isla dentro de un ámbito hiperurbanizado, un pedazo de monte que alberga especies endémicas, a un paso de un meandro del Zadorra, una zona de reposo para los pequeños animales que se mueven por las fincas agrícolas de la Llanada, donde cazan las rapaces de los Montes de Vitoria, un reducto natural a medio camino entre la mencionada cordillera y la Sierra de Badaia.

En Jundiz crecen al menos 122 especies distintas de plantas, 23 especies forestales, 5 de ellas exóticas y 18 autóctonas, con 12 variedades distintas de orquídeas. En sus laderas conviven, además, desde corzos hasta la tarabilla común, junto con águilas reales, gavilanes o culebreras europeas.

El cerro ha pasado desapercibido durante años para los vitorianos hasta el punto de que el polígono industrial sobre el que está ubicado le robó el nombre y el monte pasó al olvido, hasta que este año se celebró el bicentenario de la Batalla de Vitoria.

Las autoridades y los asistentes a los actos conmemorativos visitaron el lugar, principal atalaya de la Llanada tanto de aliados como de franceses durante la contienda, y los técnicos del CEA aprovecharon para recoger muestras de flora y para observar qué había exactamente en un lugar que, paradójicamente, está excepcionalmente aislado del mundo por toda la industria que lo rodea.

De aquella visita surgió una idea, la de crear tres itinerarios, uno verde, otro cultural y otro deportivo que unieran Vitoria con el cerro y acabaran con el aislamiento que padece. La idea es declararlo Paisaje Singular, una medida que debe adoptar la Diputación, institución que ya ha recibido la correspondiente solicitud del Ayuntamiento vitoriano.

La ruta ecológica, de casi 12 kilómetros, seguiría el curso del Zadorra desde el Anillo Verde, un itinerario cuya habilitación se aprovecharía para mejorar la conectividad ecológica en la zona, para restaurar hábitats degradados y para conservar especies amenazadas. Pasando por Margarita en su salida de la ciudad, esta ruta verde llegaría al meandro del Zadorra que toca el cerro de Jundiz y seguiría adelante, río abajo, hasta Trespuentes, para subir luego hasta el Jardín Botánico de Santa Catalina. En esta ruta se propone divulgar las singularidades de la zona en cuanto a fauna y flora, pero también sobre los fósiles de 85 millones de años que abundan por el lugar, en su día un lecho marino. Junto con este plan se propone salvar la barrera de la N-1 mediante algún paso significativo para que la fauna pueda moverse de los Montes de Vitoria a Jundiz, y hacia el norte se apuesta por plantar setos entre las fincas y en las acequias para permitir a los animales llegar desde el cerro hasta el Zadorra, vía franca hacia la sierra de Badaia.

La segunda ruta que propone el Ayuntamiento vitoriano es la cultural, que parte de Gometxa y Ariñez, donde se han recogido materiales de la Edad del Hierro, y por el Camino de Santiago continuaría hasta el yacimiento romano de Iruña-Veleia. Por el camino, la parada en el cerro de Jundiz es obligada, pues aquí, además de la Batalla de Vitoria, hubo un fuerte utilizado durante las guerras carlistas, hoy desaparecido. También tuvo lugar la batalla de Inglesmendi, en 1367, un combate de la guerra civil castellana que enfrentó a las tropas de Enrique de Trastámara y a los partidarios de su rival, Pedro El Cruel, algunos de ellos proveniente de Inglaterra; de ahí el nombre de una de las cimas del cerro. En esta ruta, al igual que en la verde, la divulgación forma parte de la propuesta municipal.

Por último, la iniciativa para declarar el monte de Jundiz como Paisaje Singular de la CAV incluye una ruta deportiva, la más corta de las tres propuestas, pensada para acudir en bicicleta, en un paseo rápido y cómodo, hasta la colina. Partiendo de la vía que une Zabalgana con el polígono atravesando Zuazo de Vitoria, la ruta rodearía esta ciudad industrial y estaría acompañada de actividades para la promoción del ejercicio físico.

Junto con estas tres rutas, el Ayuntamiento plantea un Plan de Acción del Paisaje para mejorar el aspecto de una colina que se ha intentado repoblar sin éxito en varias ocasiones. Es un cerro margoso, un terreno quebradizo típico de esta zona de la Llanada con muy poca tierra en la que hacer crecer los árboles.

Una cosa, sin embargo, ha quedado clara tras todos los fracasos cosechados en la zona. Lo que mejor crece, las únicas plantas que llegan a convertir sus tallos en troncos, son las autóctonas, y concretamente el quejigar subcantábrico, el que mejor se adapta a la altitud, climatología y características del suelo del Jundiz.

Amenazas La propuesta de declaración de Paisaje Singular de la colina recoge también un apéndice en el que se constatan las amenazas que se ciernen sobre este ecosistema, en forma de futuras infraestructuras. Así, se da cuenta de la construcción del TAV entre Burgos y Vitoria, un proyecto que hoy queda muy lejano en el tiempo pero que no ha sido abandonado ni por el Gobierno Vasco ni por el español, pues se trata de la conexión ferroviaria de dos capitales como Madrid con París. También se señala la ampliación del polígono de Subillabide II o la plataforma de intercambio de mercancías de Jundiz, "cuya ejecución podría suponer la pérdida de los valores mencionados en este estudio, en especial el importante papel conector del cerro".