Vitoria. Su despegue fue veloz, pero en el último año el plan de reactivación económica del Casco Viejo ha bajado revoluciones hasta acabar en punto muerto. La Agencia de Revitalización Integral de la Ciudad Histórica (Arich) guarda en sus cajones 60 propuestas empresariales viables porque carece de fondos para adquirir lonjas donde ubicarlos. La reiterada llamada de auxilio del gerente de la sociedad municipal, Gonzalo Arroita, al Ayuntamiento pidiendo más dinero lleva tiempo cayendo en saco roto. La compra de locales para la puesta en marcha de negocios en la colina parece no ser ya una prioridad municipal ahora que la crisis agujerea las arcas del Consistorio.
En esta tesitura, la Arich no va a ser capaz de cumplir el reto que se había marcado para 2011: terminar el año devolviendo a la vida el 70% de las lonjas que se encontró vacías en 2008, al inicio de su andadura. De los 207 locales que tenían entonces echada la persiana, ahora están en activo 105. Es decir, la mitad. El pasado mes de enero, el balance era el mismo. Entonces sonaba a triunfo. Ya no tanto. En estos meses, a la sociedad municipal liderada por Arroita se le han acumulado las propuestas de negocios, 120 de las cuales 60 cumplen con todos los requisitos para saltar ya a la calle, pero ha resultado imposible darles salida.
Además, el frenazo a la apertura de nuevos negocios ha obligado a dejar en pause el plan para devolver Zapatería a sus orígenes. El proyecto planteaba la puesta en marcha de una veintena de comercios textiles dedicados al calzado, la ropa infantil, de adultos y deportiva. Demandantes, entre las 60 propuestas viables antes mencionadas, no faltaban. El pasado mes de abril, la Arich había recibido proyectos de vendedores con experiencia en el sector afincados en Vitoria, así como de ciudades cercanas -Bilbao, Donostia y Santander-. La mayoría eran comerciantes particulares, pero también había franquicias. Entonces Arroita no pudo ocultar su entusiasmo. Le encantaba la idea de hacer reflotar el espíritu gremial de la calle dorsal de la ladera oeste del Casco Viejo. Y estaba seguro de que el Ayuntamiento acabaría dotándole de la partida económica necesaria, alrededor de un millón de euros, para comprar las lonjas.
Pasó abril, mayo, junio... Silencio. En julio, el gerente de la Arich dio un toque de atención al Ayuntamiento. Para entonces ya había recibido 40 proyectos empresariales con plan de viabilidad y creía que había que darles salida cuanto antes porque, según dijo, "suponen el impulso definitivo para la reactivación económica de la colina". Por eso, solicitó al Consistorio que definiera un plan de acción para que al menos los mejores pudieran llegar a buen puerto "de aquí a 2012". Ahora, de acuerdo con sus cálculos, son ya 60 las propuestas de negocios viables. Y todos ellos siguen a la espera de cuatro paredes.
Dificultades aparte, resulta incuestionable el avance comercial del Casco Viejo en los últimos tres años. De los 207 lonjas que dormían el sueño de los olvidados en 2008, 105 ya han abierto los ojos. De éstas, 61 han vuelto a la vida -ya están operativos, o en obras o cuentan con proyecto- de la mano de la Arich, 32 han sido acondicionadas gracias a las subvenciones de esta sociedad municipal y doce han levantado la persiana sin la intervención del equipo de Arroita. Además, 39 locales que estaban entonces en marcha han recibido ayudas para su mejora -20 de estos, en concreto, para su recualificación hostelera-.
mix económico Ahora que el dinero no gotea como antes, Arroita ha encontrado un buen aliado en ciudadanos particulares para acelerar la dinamización económica del Casco. En los últimos tiempos se han registrado transacciones entre dueños de lonjas y empresarios que no quieren esperar a la ayuda institucional en condiciones muy similares a las que ofrece la Arich. Es lógico, porque no hay modelo más competitivo que el de la sociedad municipal. Los contratos de alquiler tienen una validez de diez años con opción de compra y, en el caso de ejecutar esta alternativa, al precio final se le descuenta el 70% del dinero abonado durante el tiempo de arrendamiento. Además, la Arich ofrece hasta 50.000 euros para el acondicionamiento de los locales, además de las ayudas del departamento de Promoción Económica.
Esta estrategia ha permitido ir limpiando las telarañas de la colina con la implantación de un mix económico muy variado. Entre los nuevos negocios hay establecimientos de hostelería, comercios de todo tipo, locales de artesanía, empresas de servicios, espacios de difusión de la cultura... Y, pese a la crisis, por ahora todos aprietan el acelerador.
reactivación económica de la colina