LONDRES. El documento, que data de octubre de 2006, recoge una petición de la NSA a otros organismos como la Casa Blanca, el Departamento de Estado y el Pentágono para que compartan sus agendas con la agencia y, así, incluir los números de teléfono de dirigentes internacionales en los sistemas de vigilancia.

Un miembro del Gobierno finalmente entregó a la NSA 200 números, entre ellos los de 35 líderes políticos. "Pese a que la mayoría probablemente está disponible de forma abierta, se han anotado 43 números de teléfono desconocidos hasta ahora", explica el documento.

'The Guardian' ha precisado que el documento no aclara los nombres de estos dirigentes, aunque sí especifica que la NSA recibió la orden inmediata de incluirlos dentro de sus actividades de espionaje. Además, la agencia de seguridad también extendió sus redes a otros contactos descubiertos a raíz de los primeros 200.

Aun así, la NSA admite que la vigilancia dio como resultado "poca información de Inteligencia destacada", lo que demostraría el alto riesgo que corre Estados Unidos en términos diplomáticos al realizar este tipo de interceptaciones en comparación con el escaso beneficio político y de información que produciría, según el rotativo británico.

El nuevo documento filtrado por Snowden también pone de manifiesto el intercambio de información entre la NSA y otros departamentos del Ejecutivo. En este sentido, reconoce que algunas veces simplemente se "ofrecen" los datos a los servicios de inteligencia, sin necesidad de pedirlos con anterioridad.