Lo habitual es que un concursante salido de Operación Triunfo se dedique a la música, pero ya hay algunos casos de triunfitos aunque sin descuidar del todo la faceta que les dio a conocer.

Sin ir más lejos, está el caso de Chenoa, que compagina su carrera musical con sus apariciones en televisión, en su día como colaboradora de Zapeando y desde hace años como jurado en Tu cara me suena. También de esa primera edición de OT salió Natalia, que presentó Megatrix en Antena 3.

En el caso de Edurne parece más sólida su carrera televisiva que la musical, tras ser una fija en el jurado de Got Talent y haber participado en 224 capítulos de la serie Servir y proteger.

A todas ellas se suma ahora Ricky Merino. Concursante de la edición de OT de 2017, la que ganó Amaia Romero, el mallorquín, de 35 años no llegó muy lejos en el concurso pero supo ganarse a la cámara y en las ediciones posteriores fue el encargado de presentar junto a Noemí Galera el chat de después de las galas.

Merino, que en breve va a sacar disco, protagoniza el musical Ghost y ha presentado recientemente el concurso musical de Netflix ¡A cantar!, que le ha permitido dar el salto a la televisión británica. Así, va a conducir, junto a la popular Davina McCall el programa de Channel 4 The Language of love (El idioma del amor), un reality de citas en el que exhibirá su dominio del inglés.

El programa intentará que personas se enamoren pese a no entenderse en el mismo idioma, demostrando que el lenguaje verbal es importante pero no imprescindible y dando lugar a situaciones cómicas.