Llevas mucho tiempo pensándolo y por fin te has decidido a hacerte un tatuaje. Has meditado mucho el motivo que querías grabar en tu piel y te has puesto a ello. Has elegido un tatuador de confianza y una vez hecho te toca a ti cuidarlo, sobre todo los primeros días, para que luzca perfecto para siempre.

Los tatuajes son dibujos, textos o formas que se dibujan de forma permanente en la piel, debajo de la dermis, mediante inyecciones de tinta u otros pigmentos. Tienen su origen en antiguas civilizaciones como la Egipcia Antigua, el Japón imperial o las culturas precolombinas. Los primeros aparecieron en dos momias egipcias de hace 5.000 años que se encuentran en el British Museum de Londres.

Los tattoos atraviesan la piel y es importante ser lo más cuidadosos que se pueda con su limpieza para evitar infecciones, reacciones alérgicas o enfermedades de transmisión sanguínea. Además, con unos cuidados básicos la zona cicatrizará antes y todo ello contribuirá a que el diseño y los colores del tatuaje queden perfectos.

Cómo cuidar el tatuaje recién hecho

El mejor consejo es que sigas al pie de la letra los consejos del tatuador. Debes cubrirlo bien y curarlo durante varios días. Al terminar el trabajo, el tatuador te colocará sobre él un apósito o un papel film que te protegerá de posibles infecciones, sobre todo los primeros días en los que la piel es más vulnerable.

El apósito es más higiénico y requiere menos cuidados. Cubre el tatuaje y lo mantiene en condiciones óptimas de asepsia que contribuyen a su cicatrización. Deberás cambiarlo una vez al día durante cinco días.

Para retirar el apósito, debes lavarte bien las manos con agua y jabón para evitar trasladar bacterias a la herida abierta. Después, despegas el apósito por una punta y vas levantando el resto manteniendo la piel tirante con la otra mano o con ayuda de otra persona. No te debe doler, porque en la zona tatuada hay pomada y tinta que el tatuaje ha supurado y por lo tanto no está pegado a la piel.

Debes limpiar el tatuaje con agua tibia y jabón neutro, y después secar la zona con papel de cocina absorbente dando suaves toques, nunca frotando.

Pasados los cinco días, debes lavar tu tatto tres o cuatro veces al día durante dos semanas y después darle crema hidratante para tatuajes y dejarlo al aire.

Si en lugar de un apósito el tatuador te coloca el típico film transparente, debes retirarlo a las 4 horas de salir del estudio. Lava la zona con agua tibia y jabón neutro, seca la piel con papel de cocina, aplica una fina capa de pomada para tatuajes, deja que se ventile unos minutos y vuelve a cubrirlo con una envoltura de plástico. Repite la cura de 2 a 4 veces al día durante dos semanas.

Se considera que el tatuaje tarda a curarse entre 7 y 15 días, pero esto depende de distintos factores como el tamaño del dibujo, el ritmo de cicatrización y posibles complicaciones. Si observas cualquier cosa que te parezca anormal, consulta con tu tatuador o tu médico. Es posible que tu piel exude sangre y plasma, que se hinche o que aparezcan costras que te produzcan picor.

Ocho consejos a tener en cuenta tras hacerte un tatuaje

1- Mantener la piel limpia. Debes lavar la zona con agua tibia y jabón neutro y secarla con papel de cocina absorbente con toques suaves, sin frotar. Nunca secar con esponjas, toallas o paños que puedan soltar fibras que se adhieran a la herida o que puedan arañar. En la ducha, evitar los chorros de agua directos sobre la piel recién tatuada.

2- Utilizar crema hidratante. Si mantenemos la piel hidratada, ni se irritará ni picará. Debemos darnos una capa fina de crema hidratante libre de perfumes. Si abusamos de ella, el exceso de humedad hará que la piel se reblandezca y aparezcan granitos en el tatuaje.

3- Evitar las prendas ajustadas. Durante la cicatrización de la herida, es importante no ponerse ropa que oprima la zona del tatuaje y si esta va a estar en contacto con él, hay que protegerlo con un plástico. Si se te pega algo, no tires, ya que te harás más daño. Humedece la zona y despega la tela con cuidado.

4- No hacer deporte. El sudor puede irritar tu piel, causarte picor y dañar el tatuaje. También evitarás posibles golpes en la zona.

5- Protejerlo del sol. Mientras el tatuaje cicatriza, no debes tomar el sol, ya que los rayos UVA pueden quemar tu piel herida y el color del dibujo puede perder intensidad. Si vas a estar en contacto con el sol, utiliza protección total en la zona.

6- No te arrasques. Los primeros días puedes notar picor en la zona, pero nunca te arrasques, ya que puedes provocarte una infección, dañar el dibujo o que tu tatoo se vuelva opaco. Si tienes dudas, acude al tatuador y que compruebe que todo va bien. También te pueden aparecer costras, pero nunca debes levantarlas, ya que podrían quedarte cicatrices. Si has tomado el sol y se te pela la zona, hidrátala bien la zona y tu tatto lucirá igual de bien.

7- Evitar el verano. Aunque el verano parece la época propicia para hacerse un tatuaje, es la menos recomendable, ya que nuestra piel está más desprotegida frente a roces, sustancias y bacterias y el riesgo de infección es mayor. Si lo hacemos en esta estación, debemos extremar los cuidados ya que el sol, el calor y la humedad pueden dañar la zona y provocar infecciones.

8- Aplaza tus baños. Retrasa unos días los baños en playas, piscinas o jacuzzis hasta que la piel del tatuaje haya cicatrizado por completo. Moja solo el tatuaje en la ducha.

Una vez que salgas del estudio, la responsabilidad de curar y cuidar tu tatuaje ya es cosa tuya. Esmérate para que la obra de arte que llevas en tu piel luzca lo mejor posible.