Viajar en estas fechas es una de las actividades más comunes que hay. Ir al aeropuerto, con mochila y maleta, esperar el tiempo necesario y partir hacia nuevos destinos es una de las mejores experiencias que existen. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce: hay algunas desventajas, como los precios desorbitados.
Y es que, a la hora de comer o picar algo, muchos viajeros se encuentran ante un problema: el alto coste de los productos. Ya sea un plato poco elaborado o una simple botella de agua, el precio a pagar es muy alto.
Una solución fácil
La revista ‘Viajar’ propone un remedio sencillo para hacer frente a esta situación. Mediante un vídeo de uno de sus artículos, esta publicación propone un método que permite ahorrar dinero y que a su vez es la opción más común que pueda haber: la de llevar la comida de casa.
Por simple que pueda ser, es un recurso muy bien aplicado a estas circunstancias y que todo viajero debería conocer que pretenda hacer su aventura lo más amena posible.
Comida casera en la terminal
Los controles de seguridad de los aeropuertos permiten llevar comida en el equipaje de mano, con ciertas condiciones. Aunque hay restricciones en cuanto a sopas o líquidos, los alimentos sólidos se pueden meter siempre y cuando vayan bien empaquetados.
De este modo el pasajero ahorra dinero y no depende de los precios que hay en los puntos de venta del aeropuerto, ya que muchas veces no van acordes ni con la calidad ni con la cantidad que se sirve.
¿Qué se puede llevar sin problemas?
Existen alimentos como frutas, embutidos, pechugas o frutos secos que se pueden pasar por los controles sin ningún problema. Hasta otros más elaborados se pueden introducir si son en formato firme y sin líquido.
En cuanto a los condimentos, deben llevarse siempre en envases de menos de 100 mililitros, dentro de una bolsa transparente para líquidos. Por lo tanto, no hay motivo para que sean confiscados en el aeródromo.
Ventajas de preparar tu comida para el viaje
Más allá del ahorro que supone esto para el viajero, sobre todo en viajes largos o con escalas, está la comodidad de tener a mano la comida que se desea sin depender de las opciones que ofrecen en la terminal.
Asimismo, la calidad de los alimentos es también otro aspecto que no podemos dejar de lado. Si apostamos por productos frescos y sostenibles, preparados desde casa, serán mucho más sanos que si comemos lo que venden en los aeropuertos.
Una solución al alcance de cualquiera
Este truco, aunque parece muy evidente, pocas personas lo llevan a cabo. En lugar de gastarse ingentes cantidades de dinero, es mucho más cómodo y saludable llevar comida desde casa, bien preparada y con lo que nosotros queramos.
Porque la comida también puede marcar la diferencia: al margen del lado económico, la dieta y la nutrición pueden ser claves y evitarnos sustos y problemas de salud durante la experiencia en el destino al que viajemos.