La Policía ha cargado este viernes contra miles de manifestantes que se han reunido este viernes frente al Ayuntamiento de París para protestar contra la reforma de las pensiones después de que el Consejo Constitucional haya decidido respaldar la polémica legislación impulsada por el Gobierno.

Las fuerzas de seguridad parisinas han dispersado con porras a los manifestantes, que han quemado varias bicicletas en la plaza del Ayuntamiento, donde han llegado a reunirse cerca de 4.000 personas, según cifras de la Jefatura de la Policía.

En otro punto de la capital, otro grupo ha marchado de forma espontánea hacia la Plaza de la Bastilla, donde la Policía ha tenido que desplegarse también para dispersar a los manifestantes, que se han separado por distintas zonas de la capital y han quemado contenedores de basura a lo largo de la calle Amelot.

La Jefatura de la Policía de París ha anunciado que al menos 112 personas han sido arrestadas en la capital durante la jornada y ha detallado que se han producido más de una treintena de incendios de cubos de basura.

El mismo escenario se repite en otras ciudades francesas, como en Rennes, donde la Policía ha cargado contra los manifestantes, que han quemado contenedores de basura y han incendiado una comisaría. Además, las llamas también han devorado la entrada del Convento de los Jacobinos.

Tras ello, el ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, ha afirmado en su perfil de Twitter que los "ataques" en Rennes contra una comisaría y contra el convento son obra de "matones". "Apoyo total a la policía y gendarmes movilizados", ha agregado.

Por otro lado, en Nantes se ha producido, en el marco de los disturbios, un incendio en el aparcamiento subterráneo de la oficina administrativa del departamento de Loira Atlántico. Los manifestantes han lanzado botellas contra las fuerzas de seguridad, que han cargado contra la multitud, si bien más pronto las marchas han sido pacíficas en los jardines del Castillo de los duques de Bretaña.

Las manifestaciones también han bloqueado las vías de tren en Saint Charles, en Marsella, tras lo que el tráfico ferroviario ha quedado suspendido, mientras que en Toulouse, Lyon, Estrasburgo o Caen los franceses también han salido a las calles, con efectos parecidos en el mobiliario urbano.

La secretaria general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Sophie Binet, ya había advertido previamente de que se producirían marchas espontáneas tanto en la capital, París, como en otros puntos en toda Francia.