- Italia recordó ayer con suma emoción a Giovanni Falcone en el trigésimo aniversario de su asesinato, un momento clave en la historia de Italia y en la lucha contra la mafia que se conmemoró sobre todo en su ciudad, Palermo, pero también en el resto del país con múltiples homenajes al juez que rompió el muro de silencio que protegía a los jefes de Cosa Nostra.
Decenas de ciudades italianas guardaron un minuto de silencio a las 17.57 local (15.57 GMT), la misma hora en que el 23 de mayo de 1992 la mafia reventó la autopista que une el aeropuerto de Palermo con la capital siciliana a la altura de Capaci con 500 kilos de explosivos, matándole a él; a su esposa, la jueza Francesca Morvillo, y a tres escoltas que le acompañaban.
Falcone, un optimista empedernido que tenía 53 años cuando fue asesinado, supo una década antes que iba a morir: “La sensación de que, pese a todo, la mafia acabaría con la vida de Giovanni, incluso al comienzo de las investigaciones, en 1981 o 1982”, explicó a Efe su hermana, Maria Falcone.
El emblemático juez antimafia logró resultados inéditos gracias a sus métodos innovadores, a la confianza del primer gran mafioso “arrepentido” y a la colaboración con un estrecho grupo de magistrados que también dieron su vida. “Gracias al valor, la profesionalidad y la determinación de Falcone Italia se ha convertido en un país más libre y justo. Él y sus colegas del grupo antimafia de Palermo no sólo asestaron golpes decisivos a la mafia, sino que su heroísmo arraigó sus valores en la sociedad, en las nuevas generaciones y en las instituciones republicanas”, aseguró el primer ministro, Mario Draghi, en nombre de un país entero.
Decenas de alcaldes se sumaron ayer a la iniciativa de la Asociación Nacional de Ayuntamientos Italianos (ANCI) de guardar un minuto de silencio a la hora del brutal atentado que acabó con la vida de Falcone, menos de dos meses antes de que un coche bomba eliminase a su amigo Paolo Borsellino, el otro gran juez antimafia.
También se colgaron sábanas blancas de los balcones municipales para recordar lo que hicieron aquel verano de 1992 las mujeres palermitanas tras la muerte de los jueces, en un gesto espontáneo que ya es parte de la historia.
“Falcone y Borsellino, así como tantos otros que cayeron en la lucha contra la mafia, son todo un ejemplo y modelo a seguir para todos los magistrados honestos que quieren cambiar las cosas y arriesgan sus vidas cada día”, dijo a Efe Vincenzo Linarello, organizador de una marcha para pedir protección para los magistrados antimafia.
Sin embargo, el mayor homenaje de los que se dispensaron ayer tuvo lugar en Palermo, la ciudad natal de los jueces Falcone y Borsellino, donde el jefe del Estado, Sergio Mattarella, apoyó junto a varios ministros y los principales responsables de las fuerzas de seguridad, además de miles de estudiantes de todo el país, a Maria Falcone, que lleva tres décadas luchando para que el legado de su hermano llegue a las nuevas generaciones. l
l Dudas por resolver. La autoría de los asesinatos de Falcone y Borsellino sigue rodeada de dudas. La justicia condenó a la cúpula de Cosa Nostra liderada por Totó Riina y al ejecutor material, Giovanni Brusca, que salió hace unos meses de prisión tras 25 años en la cárcel. Sin embargo, las familias de las víctimas siguen esperando que se aclare el papel que tuvieron miembros “oscuros” del Estado, dada la relación entonces entre política y mafia, como el llamado voto de intercambio, un acuerdo por el que la mafia aseguraba votos para el Gobierno a cambio de impunidad.
l Llamamiento. La viuda de uno de los escoltas de Falcone, Rosario Costa, que les dijo en el funeral a los mafiosos: “Os perdono, pero debéis arrodillaros”, pidió ayer a los “hombres del Estado que lo han traicionado” que “se comporten con dignidad”.