Londres - La primera ministra británica, Theresa May, canceló ayer la esperada votación que tenía que tener lugar hoy en el Parlamento británico sobre el acuerdo del Brexit, ante el miedo a que los parlamentarios lo rechazasen por “por un margen significativo”. La votación no se realizará “en este momento”, anunció May ante una Cámara de los Comunes ruidosa, sin dar más detalles sobre cuándo se llevará a cabo, y añadiendo que pedirá a los Estados miembros de la UE “más garantías”.
May comenzó su discurso diciendo que durante el debate había “escuchado con mucha atención lo que se ha dicho en esta Cámara y fuera de ella por miembros de todos lados”, lo que provocó la risa de muchos parlamentarios. “Está claro que si bien hay un amplio respaldo para muchos de los aspectos clave del acuerdo, en el respaldo a la frontera de Irlanda del Norte sigue existiendo una gran preocupación”, dijo. “Como resultado, si seguimos adelante y celebramos la votación mañana (por hoy), será rechazado por un margen significativo”.
La premier británica aseguró que antes de la cumbre del Consejo Europeo, a finales de esta semana, visitaría a sus homólogos europeos en otros estados miembros, así como a los líderes del Consejo Europeo y de la Comisión para pedir cambios y “garantías” de la UE sobre el plan fronterizo de Irlanda del Norte. “Discutiré con ellos las preocupaciones claras que la casa ha expresado”, afirmó May. Esta decisión fue confirmada a última hora de ayer última hora de ayer. En concreto, May pospone la reunión semanal de los martes con su gabinete y hoy tendrá una reunión bilateral con el primer ministro holandés, Mark Rutte, en La Haya, y después viajará a Berlín para reunirse con la canciller alemana, Angela Merkel. Este giro de la primera ministra británica se produjo después de que ella y los ministros principales pasaron días insistiendo en que la votación se llevaría a cabo, a pesar de que la oposición de los parlamentarios era obvia.
La primera consecuencia clara fue que la libra cayó al mínimo de los últimos 18 meses frente al dólar cuando se conoció la noticia de la demora de la votación. May se negó a decir cuándo se celebrará la votación de la Cámara de los Comunes sobre su acuerdo, diciendo que dependerá de cuánto tiempo duren las nuevas conversaciones con la Unión Europea. Algunos parlamentarios pidieron que regresara a la Cámara de los Comunes antes de Navidad, pero May solo mencionó que el plazo final para la votación era el 21 de enero. Además, volvió a recordar que la fecha de la salida de la UE del Reino Unido es el próximo 29 de marzo y como el Gobierno está “comprometido” a cumplirlo.
La decisión de detener la votación en los Comunes después de tres de los cinco días planeados de debate sobre el acuerdo provocó una furiosa intervención del presidente de la Cámara, John Bercow, para quien el Gobierno debería reconsiderarlo porque estamos en una “etapa demasiado avanzada”.
Reacciones Los parlamentarios reaccionaron enojados ante su anuncio, pero lo cierto es que docenas de parlamentarios conservadores habían planeado unir fuerzas con los laboristas, el Partido Nacional Escocés, los liberaldemócratas y el DUP para rechazar abiertamente el tratado de May.
Por un lado, a un grupo significativo de rebeldes tories y a los representantes del partido unionista norirlandés DUP no les gusta la propuesta para el futuro de Irlanda del Norte -legalmente vinculante para un acuerdo aduanero con la UE- que entraría en vigor si las dos partes no pueden acordar una relación futura que evite el retorno de un agente visible. Los parlamentarios conservadores dicen que es inaceptable porque daría lugar a nuevas barreras entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido y podría continuar indefinidamente, porque el Reino Unido no podría irse sin la aprobación de la Unión Europea.
Por su parte, el líder laborista, Jeremy Corbyn, le reprochó a May que había “perdido el control de la situación” y que el país se encuentra en “una situación extremadamente grave y sin precedentes”. El líder laborista argumentó que sería inútil traer a casa lo que era básicamente el mismo acuerdo, ya sea en unos pocos días o el mes próximo. Corbyn dijo que había sido “evidente durante semanas” que los parlamentarios rechazarían el acuerdo y que el Gobierno “está en completo desorden”. Así, pidió a May que aclarara si estaba buscando cambios reales en el Acuerdo de Salida de la UE, o “meras garantías” sobre el cambio.
La estrategia de Corbyn pasaba por forzar una elección general si May hubiese perdido la votación prevista par hoy, presentando un voto de confianza. Ayer, Corbyn optó por decirle a May que se retire porque su gobierno está ahora en “caos”. Sin embargo, los laboristas rechazaron las peticiones del SNP, los liberaldemócratas y de otros propios parlamentarios, para que se siga adelante con el plan, a lo que un portavoz respondió que se hará la moción “cuando juzguemos que es más probable que tenga éxito”.