El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha reconocido la existencia de "problemas" en Osakidetza, aunque en respuesta a las críticas de la oposición, ha asegurado que el Servicio Vasco de Salud no sufre una "grave crisis", y ha realizado una valoración "positiva" de la gestión de la consejera de Salud, Gotzone Sagardui.

Urkullu, así como la propia Sagardui, están respondiendo este viernes, en el pleno de control del Parlamento Vasco, a varias preguntas de la oposición sobre la situación en la Organización Sanitaria Integrada (OSI) Donostialdea, en la que el malestar de una parte de la plantilla con la dirección se ha traducido en las últimas semanas en varios ceses, dimisiones y protestas laborales.

El lehendakari ha reconocido que en el Servicio Vasco de Salud hay "problemas", buena parte de los cuales está relacionado con el "tensionamiento" derivado de la pandemia de covid-19, sobre la que ha recordado que "sigue declarada".

No obstante, en respuesta a las críticas de la oposición, ha negado que Osakidetza atraviese una "crisis grave", y ha realizado una valoración "positiva" de la gestión de Sagardui.

En este sentido, el lehendakari ha expresado "su plena confianza" en el modelo de gestión "en red" de Osakidetza para un funcionamiento "integrado, coordinado y basado en la complementariedad" orientado a la excelencia.

Todos los portavoces -Maddalen Iriarte (EH Bildu), Miren Gorrotxategi (Elkarrekin Podemos-IU), Carlos Iturgaiz (PP+Cs) y Amaia Martínez (Vox)- han criticado el "deterioro" de Osakidetza y han cuestionado su gestión "vertical" y "opaca", con decisiones tomadas "con puño de hierro", lo que ha motivado la "rebelión" del hospital donostiarra.

"Está en juego" el sistema sanitario y "cada día se abre un frente nuevo" en Osakidetza, ha advertido Iriarte, quien ha recordado que las protestas no se limitan al Hospital Donostia, sino también al de Basurto por el traslado de la unidad cardíaca y a la Atención Primaria, entre otros puntos.

Gorrotxategi ha lamentado que "Osakidetza no es ni la sombra de lo que era" y ha relacionado las protestas con que las decisiones "se están tomando en contra" de los responsables sanitarios. Al igual que Iriarte, ha pedido alumbrar un nuevo plan estratégico consensuado con los profesionales.

Iturgaiz ha considerado que "con la gestión del PNV la joya de la corona va camino de convertirse en un montón de circonitas, en simple bisutería" y ha responsabilizado al Departamento de Salud y a la consejera de "incendiar" Osakidertza con una gestión "pirómana".

"La gestión de Sagardui no pasa la prueba del algodón" y ha hecho "de la improvisación y de la opacidad su seña de identidad", ha criticado Amaia Martínez.

El lehendakari ha reiterado su confianza en Sagardui y ha ensalzado su gestión -y la de sus predecesores Nekane Murga y Jon Darpón- durante toda la legislatura, ya que ha encarado una "realidad compleja" debido a la pandemia y otros "retos" como el envejecimiento de la población y el "déficit" de médicos.

Urkullu ha recalcado el compromiso "inquebrantable" de su Gobierno con Osakidetza, que es el "emblema" del autogobierno vasco. Prueba de ello, ha apuntado, es que casi un tercio del presupuesto de Euskadi es para Salud y que la plantilla estructural de Osakidetza se ha aumentado hasta las 31.000 personas.

Ha admitido no obstante que el Servicio Vasco de Salud atraviesa una "crisis de crecimiento", lo que ha motivado la apertura de "un proceso de reflexión" con los profesionales.

"Tenemos dificultades y problemas, no hay duda", ha reconocido el lehendakari, que se ha mostrado convencido de que las "discrepancias" que pueda haber "se encauzarán en el proceso de elaboración del nuevo plan estratégico". "Entre todos encontraremos las soluciones", ha añadido.

Ha expresado su "plena confianza" en la gestión de Osakidetza basado en "un funcionamiento en red, ni radial, ni insular" y que trabaja con una "perspectiva de país y de eficiencia".