El vino atraviesa y acompaña la historia del ser humano desde tiempos ancestrales. ¿Quieren algunos ejemplos? “El vino no es más que la luz del sol mezclada con la humedad de la vid” decía Galileo Galilei y “hay más filosofía y sabiduría en una botella de vino, que en todos los libros,” exageraba Louis Pasteur. ¿Alguno más? Para Benjamin Franklin el vino hace la vida más fácil y llevadera, con menos tensiones y más tolerancia y Sir Alexander Fleming tenía claro que si bien la penicilina cura a los hombres, el vino les hace felices. De todo ello han tomado buena nota en Grupo de Noticias para la organización del evento bautizado bajo el nombre De Pura Cepa que ayer se celebró en el Hotel Domine, dividido en tres actos, como una buena obra de teatro clásica. Ahora les cuento-

Todo comenzó con la presentación de Kike Alonso, sumiller en jefe de la jornada, quien le dio paso a Anton Ilarduya, el hombre de Grupo Noticias encargado de facilitar este encuentro alrededor de las sabias palabras y la buenas copas. Fue Anton quien dio la bienvenida a la gente amante del vino, minutos antes de que arrancase la cita con un diálogo entablado entre el chef Fernando Canales y el enólogo riojano Alejandro Simó, una charla chispante que llevó por título Vino, cultura y gastronomía y que comenzó con los primeros efluvios de humor lanzados por Kike. “Hay matrimonios que se llevan peor que el rodaballo y el vino blanco”, lanzó como provocación. Y a ella saltó el propio Fernando Canales. Explicó cómo las comidas de negocios se cierran con vino y señaló que en el último año tras la pandemia en su local se ha brindado más que en los 30 años que lleva en hostelería.

Hubo un diálogo entre el chef Fernando Canales y el enólogo Alejandro Simó y una mesa redonda entre mesas, previa al cóctel

Alejandro Simó aprovechó para recordar una conversación reciente con un sociólogo inglés que hace no mucho le explicaba cómo envidia a nuestro pueblo. “Bebéis por placer, no para emborracharse”, le dijo. Se dijo que “el vino despierta a los fantasmas”, haciéndole un guiño gracioso a quienes presumen sin saber y fue el propio Alejandro quien marcó “las tres reglas de oro para hacer buen vino: tiempo, parsimonias y meditación”, como en aquellas abadías de la Borgoña. Acabemos con este primer acto. Lo cerró Canales con una frase redonda: el vino es el testigo de excepción de las celebraciones.

Arranca el segundo acto. Reaparece en escena Kike Alonso en el papel de moderador de una mesa redonda donde intercambiaron conocimientos Raúl Lezaun, emisario de Bodegas Lezaun, María Arboñés, Eduardo Miranda, jefe de ventas de El Coto; Héctor Grijalba, director comercial de Barón de Ley; José María Herrero, jefe de ventas nacional del grupo Masaveu; Beatriz Ochoa, patrona de Bodegas Ochoa, y Juan Pradell, director comercial de Zinio. Fue una mirada al viejo camino del vino, cómo el pueblo va escogiendo entre las nuevas tendencias, cómo las bodegas van cambiando en sus elaboraciones.

De todo cuanto les cuento tuvieron noticia Jon de Miguel, de Taberna Plaza Nueva del Casco Viejo; Laura Buján, Macarena Cruzat, Connie Sansebastián, Susana Martín, subdirectora de Noticias Taldea Multimedia (NTM); Jon Gorostiaga, Elaine de Asís, Francisco Martínez,, Antonio Barrio, Alberto Rueda, Eva Pérez, Elvira Ruiz, Olga Orbea, Aranzazu Acha, Jon Aldaiturriaga, Arantza San Andrés. Itziar Leal, Kathrin Pfeiffer, embajadora del Hotel Domine, Fernando Gómez, Mari Carmen Gómez, Laura Salinas, Encarni Aguilar, Andrés Portero, notario de la noche para darles noticias enológicas, Joseba Marín, Ainhoa Aranguren, Carlos Gonzále y un buen número de amantes del vino.

¿Y el acto final? Ya pueden imaginárselo. Un coctel de broche, jaleado con una cata de vinos. El Coto, Ochoa, Barón de Ley, Zinio, Marqués del Riscal, Marqués de Murrieta, Araiz, Murua y Bodegas Lezaun alegró la vida a la concurrencia.