Un proyecto europeo ha detectado antibióticos (amoxicilina, azitromicina, sulfadiazina, enrofloxacina y trimetoprima) en la totalidad de muestras analizadas de 16 ríos de Euskadi, Navarra, Aragón, Catalunya y de Francia.
Para ello se analizaron cauces fluviales de los ríos Urumea, Bidasoa, Arba, Arga, Irati, Veral, Subordan, Aragón, Gállego, Ara, Cinca, Segre, Esera, Adour, Garona y Le Salat.
Los resultados de la investigación "fueron cristalinos: todas las aguas muestreadas contenían antibióticos" explica el investigador de la sociedad pública Nilsa (Navarra de Infraestructuras Locales), integrada en la Corporación Pública Empresarial de Navarra, Jairo Gómez Muñoz.
La presencia de estas sustancias se localizó especialmente en zonas próximas a explotaciones de ganadería intensiva y a núcleos importantes de población, si bien sus concentraciones eran bajas (trazas), detalla el también doctor en Ingeniería Industrial por la Universidad de Navarra.
Gómez Muñoz lo explica en una columna en la blogosfera de EFEverde.com de la Agencia EFE en vísperas del Día de la Salud, que se conmemora el 6 de abril bajo el lema "Nuestro planeta, nuestra salud".
La investigación, detalla Gómez Muñoz, forma parte del proyecto Poctefa Outbiotics que tiene un triple objetivo: Diagnosticar, reducir y eliminar este tipo de sustancias.
Su presencia en el medio natural, debido a un uso excesivo, hace que los antibióticos sean ineficaces frente a infecciones, hasta el punto que la Organización Mundial de la Salud, considera la resistencia antibiótica como un reto mundial.
En el marco del proyecto se han estudiado tres tecnologías de eliminación a escala de laboratorio y como un piloto semi industrial: oxidación con ferrato potásico, adsorción (proceso por el cual átomos, iones o moléculas son atrapadas o retenidas en la superficie de un material, en contraposición a la absorción) con carbón activo en polvo y fotocatálisis con partículas de dióxido de titanio.
La fotocatálisis -proceso capaz de eliminar contaminantes mediante oxidación activada por la energía solar- combinada con carbón activado ha demostrado ser eficaz para eliminar los antibióticos seleccionados (amoxicilina, azitromicina, sulfadiazina, enrofloxacina y trimetoprima), con rendimientos de hasta un 90, señala el experto de Nilsa.
"La tecnología -indica- puede trasladarse a focos de contaminación específicos como hospitales, farmacéuticas o mataderos, con el objetivo de proteger los cauces receptores".
En el proyecto colaboran, entre otras entidades, las universidades de Zaragoza, Navarra, Lleida, los Laboratorios Enosán y uno de los centros de investigación científica más renombrados de Europa, el francés Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS), destaca Gómez Muñoz.