El jefe de Instagram, Adam Mosseri, aseguró este miércoles que su aplicación ayuda a paliar el sufrimiento de los adolescentes y que los documentos publicados según los cuales resulta dañina para los jóvenes son una descripción errónea por parte de la prensa.
"Las informaciones publicadas acerca de nuestras investigaciones internas han sido caracterizadas de forma errónea", dijo Mosseri, quien además aseguró que muchos adolescentes han dicho que Instagram "les ayuda cuando están sufriendo con los momentos difíciles propios de la edad".
El jefe de la popular plataforma de imágenes (propiedad de Meta), testificó ante el subcomité de Protección al Consumidor del Senado de EE.UU., donde fue llamado a raíz de la publicación de los denominados "papeles de Facebook", una serie de documentos internos de la compañía filtrados a la prensa en septiembre.
Entre otras cosas, los papeles filtrados apuntan a que Instagram es perjudicial para una parte de sus usuarios más jóvenes y que resulta especialmente "tóxico" para las adolescentes, ya que "agrava" los problemas que una de cada tres chicas tiene de su imagen corporal.
Mosseri, por su parte, quitó relevancia a esos estudios -encargados por la propia empresa- al asegurar que algunos de ellos se basaron en las experiencias de solo cuarenta adolescentes, y dijo que su única finalidad era informar a la compañía de las percepciones más negativas de Instagram por parte de los usuarios.
"(Los estudios) no midieron relaciones de causa-efecto entre Instagram y los problemas del mundo real", aseguró.Mosseri también trató de convencer a los senadores de que este es un problema que va más allá de una aplicación concreta y citó una encuesta según la cual TikTok y YouTube son más populares entre los adolescentes estadounidenses que Instagram.
"Como los jóvenes usan varias plataformas, resulta determinante que tratemos su seguridad online como un reto de toda la industria y que desarrollemos soluciones y estándares a nivel de sector", indicó.
Específicamente, Mosseri sugirió la creación de una entidad que determine las mejores prácticas a seguir con respecto a tres cuestiones: cómo verificar la edad de los usuarios, cómo diseñar experiencias que sean adecuadas a cada edad y cómo crear controles parentales.