Las autoridades italianas han requerido al barco Aita Mari, de la ONG vasca Salvamento Marítimo Humanitario, que navegue hacia el oeste de Sicilia con los 36 migrantes que rescataron esta semana, ya que en Lampedusa, donde habían evacuado a varias personas, no se puede ocupar de más.
Además, los 147 migrantes que llevan 12 días de espera a bordo de otro barco, el Alan Kurdi de la ONG alemana Sea Eye, serán trasladados en las próximas horas a un ferri atracado en el puerto de Palermo, en la isla italiana de Sicilia, preparado para que pasen el periodo de cuarentena exigido con motivo de esta pandemia.
Tras el periodo de cuarentena, los migrantes serán reubicados en varios países de la Unión Europea.
Se cree que también los migrantes a bordo del Aita Mari serán trasladados al ferri de pasajeros de la compañía Tirrenia, pero aún no se les ha confirmado.
Esta es la solución que había dado el Gobierno italiano para asistir a los migrantes rescatados en el Mediterráneo Central, ya que decretó que los puertos permanecerían cerrados por las medidas de seguridad debido al coronavirus.
En una reunión en videoconferencia entre el Centro de Coordinación de Rescate, el delegado de Gobierno en Palermo, Antonella De Miro, y el alcalde de la capital siciliana, Leoluca Orlando, se decidió utilizar el ferri "Rubattino" de la compañía Tirrenia, convertido en un centro de salud para esta ocasión.
Además ya se han alertado a los posibles hospitales en caso de que sea necesario y preparado las pruebas de coronavirus que se realizarán inmediatamente a los migrantes y a la tripulación.
También se ha preparado una cámara de biocontención para aislar a los posibles sospechosos de enfermedades contagiosas y la asistencia estará a cargo de la Cruz Roja.
"Agradecemos mucho a la ministra de Transportes italiana, Paola De Micheli, por la solución humanitaria que han encontrado en medio de una crisis incomparable. Gracias también a la Guardia Costera", escribió el responsable de Sea Eye, Gorden Isler, en twitter.
La situación a bordo del Alan Kurdi era desesperada y ya se habían producido varias evacuaciones por las condiciones de salud y este jueves un migrante se arrojó al mar en un intento de llegar a nado a la costa y fue rescatado por el cooperante español Salva Perelló.
Varios representantes políticos como el presidente de la región de Sicilia, Nello Musumeci, y el alcalde de Palermo, Leoluca Orlando, instaron en los últimos días una solución capaz de conciliar las necesidades de salud relacionadas con la emergencia del coronavirus con las humanitarias.
Orlando había mantenido contactos en estos últimos días con el Alan Kurdi, que tiene enarbolada la bandera de la ciudad de Palermo como símbolo de agradecimiento.
Mientras tanto, la otra ONG alemana, Sea Watch, junto con la italiana Mediterraena y Alarm phone, una plataforma de ayuda telefónica a los migrantes en el mar, aseguró que las autoridades dejaron morir a doce personas en el Mediterráneo al no acudir a su rescate y que otras 51 personas supervivientes "fueron devueltas al infierno libio con la complicidad de Europa".