No hay pan, para tanto chorizo”. Entonando este grito de guerra, cerca de una treintena de personas se movilizaron ayer en la calle Ledesma de Bilbao para denunciar las formas de actuar de Servicios de Protección y Defensa Familiar (SPDF). Desde la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Bizkaia (PAH Bizkaia) acusan a este gabinete de pretender desahuciar a su compañero Txetxu de su única vivienda sin tratar de buscar una solución razonable para ambas partes. Esta es su historia.
Txetxu Ugalde es un bilbaíno de 74 años. Vive en un apartamento cerca de la Virgen de Begoña con su mujer, Begoña, de 72 años. Aparejador de profesión, recuerda como él mismo participó en la construcción del edificio en el que vive desde hace casi medio siglo. Ahora está jubilado, pero en su día, cuando cerró la compañía donde trabajaba, no le quedó otra que montar con sus compañeros un nuevo negocio para ir tirando hasta la jubilación. Mas la empresa no salió bien y al ser el administrador le vincularon los bienes patrimoniales. Fue entonces cuando, de repente, le llegó una carta de SPDF ofreciéndole sus servicios. Desesperado, Txetxu no se lo pensó dos veces.
Tras valorar la situación, desde SPDF le prometieron los 135.000 euros que necesitaba. A devolver, 195.000; y con una cuota de 3.000 euros al mes, cuando la familia ingresa en conceptos un total de 2.100 euros. “Obviamente, era un préstamo usurero además de insostenible, pero en aquel momento de desesperación no me di cuenta”, confiesa Txetxu. Todo esto ocurrió en otoño 2011.
A partir de entonces, Txetxu y su familia fueron pagando mes a mes la cuota hasta que un mes no llegaron por una “pequeña cifra”. Por ese desliz, desde SPDF les exigieron 18.000 euros. Pero según explica Txetxu no se contentaron con eso, sino que arremetieron contra todo el préstamos aludiendo que no habían pagado los 200.000 euros. “Y a partir de ahí viene todo este jaleo”, recuerda este bilbaino. Para entonces ya habían devuelto 70.000 euros.
Amenazados con el desahucio, el caso fue paralizado por diferentes sentencias. Txetxu incluso pensaba que había sido suspendido. Pero se reabrió y la tercera vez que fue convocado ante un tribunal no pudo asistir por los motivos de salud de su mujer. “Y SPDF aprovechó ese momento para hacerse oficialmente con las escrituras de nuestro domicilio”.
Tanto Txetxu como Begoña intentaron negociar con SPDF y buscar una solución razonable. Sus hijos, ya independizados, se ofrecieron a pagar la cantidad restante hasta los 135.000 euros que les prestaron para que sus padres pudieran continuar viviendo en su casa. Pero desde SPDF rehusaron. “Van a por el piso, pero no lo van a conseguir”, asegura Txetxu.
Desde que todo esto sucedió el día a día de Txetxu y Begoña es un “sin vivir”. Continúan residiendo en el apartamento en el que se asentaron hace 45 años y que el propio Txetxu ayudó a levantar con sus propias manos. Pero los problemas no les han abandonado: “Nos han cortado la luz, el agua e incluso nos han amenazado tanto a nosotros como a la comunidad, por apoyarnos”. Y los disgustos, aseguran, no terminan ahí: les han puesto denuncias por usurpación y por estafa y les reclaman 200.000 euros.
Riesgo de desahucio Txetxu comenta que el riesgo de que sean desahuciados siempre está presente y por eso espera que la movilización de ayer ayude a presionar las negociaciones con SPDF. “Solo queremos que todo esto se arregle de una vez”.
Según la PAH Bizkaia, el caso de Txetxu y Begoña no es un caso aislado. “Hay varios gabinetes que de cara al exterior parecen un despacho de abogados al uso, incluso con pretensiones benéficas, pero que luego te colocan préstamos en condiciones usurarias”, denuncia Adolfo Gómez, miembro de PAH Bizkaia.
Por su parte, desde el gabinete SPDF no han querido responder a si estarían dispuestos a negociar con Txetxu. Respecto a la movilización de ayer a la mañana, aseguran que terminaron llamando a la Ertzaintza y que tienen la intención de interponer una denuncia.